
Respetar los horarios: En caso de que tengamos unos horarios pactados con el cliente o la empresa cumplámoslo a rajatabla y dentro de estas horas mostremos nuestra disponibilidad. Al no vernos directamente bastaría que nos pillasen en un renuncio para que piensen que es la tónica habitual de todos los días.
Avisar cuando nos separamos del ordenador: No es necesario avisar que vamos un minuto al servicio, pero si nos vamos a comer o a hacer algún recado pendiente si que es bueno comunicarlo, sobre todo si estamos en un grupo de trabajo donde unos dependen de los otros para determinadas tareas.
Marcar tus horarios, pero no ser totalmente inflexible: Al igual que tienes que ser puntual a la hora de entrar tienes que ser consecuente y serlo a la hora de salir, puedes si no crear la difusa sensación de que “siempre” estás ahí. No obstante si por alguna causa puntual debes dedicar algo más de tiempo procura hacerlo, esto te dará la libertad de poder ausentarte en momentos puntuales para asuntos personales.
Explica tu disponibilidad frente a distintos medios. Ya hemos hablado en varias ocasiones que no es productivo andar pendiente todo el día de mensajería instantanea ni del correo electrónico, educa a tus compañeros, clientes y jefes para esto, las interrupciones importante y urgentes han de venir a través del teléfono, las demás pueden esperar.
Envía informes sobre tu trabajo y avances en determinadas tareas. Es importante mantener informado a tu empleador o cliente de los avances que vas consiguiendo, es posible que lleves 3 días avanzando a marchas forzadas pero si no lo comunicas puede parecer que te estas rascando la barriga.
En definitiva estos consejos se resumirían en una máxima que es: “trata de dar visibilidad a tu trabajo”. Siguiendo estos consejos también en tu oficina no movilidad podrías demostrar a tus jefes que podrías perfectamente hacer tu trabajo en movilidad y plantearselo así más adelante.
Fotografía mchaconcr
Fuente: Moviendonos
0 comentarios:
Publicar un comentario