Estudiante de la UNIMET asesinado "No descarta que el asalto fuera para quitarle el Blackberry"



Estudiante de la Unimet estaba en una cola cuando lo asesinaron



"Ese niño era el eje central de la vida de su papá, él está destrozado", comenta Juan Carlos Yánez, tío de Rafael Eduardo Yánez Pacheco, de 20 años, estudiante de la Universidad Metropolitana, quien fue asesinado el martes después de las 11:30 de la noche cuando salía del juego Caracas- Magallanes.

Esa noche Rafael, quien era un caraquista empedernido y que compraba los abonados para toda la temporada de la liga de beisbol, fue al juego con Hugo, un amigo de la universidad. Al salir, Rafael tomó solo su Toyota Yaris y se dirigió a su casa, situada en la avenida Los Ilustres, muy cerca del estadio, casi frente a la estación de Ciudad Universitaria. La familia del joven relata que el amigo de Rafael iba cuatro carros más atrás, estaban en una pequeña cola, cuando Hugo rodó un poco vio el auto de Rafael chocado contra un poste, él tenía un disparo en la cabeza, así que Hugo lo llevó al Clínico, pero allí llegó sin vida.

La familia cuenta que lo único que le robaron a Rafael fue su celular. La Policía maneja como hipótesis el robo de carro, aunque como se dice que había una cola, no se descarta que el asalto fuera para quitarle el BlackBerry, que fue la única de sus pertenencias que no apareció.

Rafael era único hijo por parte de papá, Marco Antonio Yánez, y su mamá, Paola Pacheco, solo tiene un bebé de tres años.

En el sepelio del joven rondaban no solo los estudiantes, sino los que fueron compañeros de natación de Rafael, que desde niño practicaba ese deporte. Incluso ganó medallas en juegos regionales y nacionales.

Sus compañeros cuentan que él comenzó con Huracanes de Miranda y luego empezó a nadar en el Sport Center de Los Naranjos. Uno de sus amigos de esa época, quien pidió no ser identificado, recuerda que cada día pasaban dos horas juntos practicando y antes de cada jornada jugaban. Fueron muchos viajes para competencias, ahora, entristecido, comenta tras lo ocurrido a su amigo: "Esto le puede pasar a cualquiera, me pudo pasar a mí".

Su tío cuenta que era nadador de aguas abiertas, y que sus dos primos se dedican a esa actividad con Rafael como modelo".

Pero hacía poco se había retirado del deporte como una disciplina por las exigencias de la carrera de administración.

Yánez cuenta que tras el ataque a Rafael llegó una comisión de la Policía Metropolitana que le informó a tránsito que se trataba de un choque y que el muchacho estaba herido, fue por esta razón que Tránsito se llevó el vehículo, y la mañana del miércoles la familia debió pagar que lo llevaran a la Subdelegación del Cicpc de Santa Mónica.

Estudiantes y compañeros de Rafael de la universidad trancaron a las nueve de la mañana de este jueves el distribuidor Metropolitano en reclamo por la inseguridad y la muerte. Más de una hora se mantuvieron los jóvenes en el lugar, lo que generó unos tres kilómetros de cola en la carretera Petare-Guarenas y en la autopista Francisco Fajardo, pero al iniciar la lluvia se replegaron a su casa de estudio.

El papá de Rafael, quien es cardiólogo, lloraba en silencio cerca del ataúd de su hijo. Su hermano cuenta que él pensaba en que Rafael se fuera del país para protegerlo de la inseguridad, Quería mandarlo a Italia cuando terminara sus estudios.

"Vivimos presos: cómo le dice uno a un muchacho que no puede ir al estadio o a una fiesta, hay que sacarlos del país". Comenta Yánez, quien asegura: "Ese niño era el eje central de la vida de mi hermano".

Laura Dávila Truelo
Fuente: EL UNIVERSAL

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