La Venezuela “Blackberry”

Las ventas masivas de los gigantes de las comunicaciones Blackberry y Iphone – líderes de los Samartphones (“teléfonos inteligentes”)- están confirmando que Venezuela es uno de los países más propensos al cambio y a las nuevas tecnologías de América Latina.

Estos móviles -como lo explicó alguien recientemente- sirven para recibir y enviar correos electrónicos, para navegar por Internet, para hacer operaciones bancarias y financieras, para encontrar direcciones, para ver el estado del tiempo, para escuchar música y jugar, para chatear con los amigos, para ver en vivo los partidos del Mundial de fútbol, para conectarse a una red social, para escuchar música, para tomar fotografías y filmar, y para hacer llamadas telefónicas.

Venezuela tiene más Blackberry que toda España, y las ventas de este equipo superan a las de Brasil y México juntos. Venezuela tiene 27 millones de habitantes versus 191 millones de brasileños y 100 millones de mexicanos.


Este frenesí no se debe sólo al poder adquisitivo de los venezolanos. Tampoco es la necesidad de comunicarse, porque cualquier teléfono podría servir.

¿Entonces, a qué se debe ese frenesí? Exploremos cuatro explicaciones: Los vanidosos, el venezolano es vanidoso, le gusta poseer artículos de “marca”, estar a la vanguardia de los avances, a la moda. La riqueza petrolera ha sido estimulante de este poder adquisitivo y de la capacidad casi egocéntrica para consumir.

Pero esta característica proviene de una acentuada necesidad de la mayoría de la población de sentirse reconocida. Mucha gente cuando adquiere un equipo de última generación tecnológica, o una ropa de “marca”, o un vehículo de lujo, en realidad no está intentando satisfacer una necesidad material sino una necesidad existencial.

Los botaratas. La mayoría de los venezolanos cuando tiene algún dinerito es “mano floja”. No hay capacidad de ahorro. No existe mañana. No existe le previsión. Como vaya entrando (el dinero), vamos gastando ¿Y qué va a pasar cuando se termine? No importa. Algo saldrá por allí: Algún gobernante proveerá, o mi familia, o mis amigos, o mis compadres, o la lotería, o los caballos, o, si la cosa se pone muy apretada, en el patio de la casa hay bastante mangos, y si vivo a la orilla del mar, alguna sardina pescamos. Pero siempre resolvemos… hasta que entre la próxima mesada, suban los precios del petróleo, gastamos de nuevo, y así se nos va la vida. Esta sería la explicación más severa de la Venezuela “Blackberry”.

Los políticos. Chavistas y opositores lo han convertido en su medio de comunicación interpersonal más seguro. Mensajes encriptados con un PIN de identificación personal es la manera en que estos políticos transmiten sus ideas, sus planes, sus acciones.

La Venezuela Red. Pero hay otra Venezuela. Es la joven y propensa al cambio, la del Iphone y el Blackberry, pero también de las computadoras y de las redes sociales “virtuales”. Esa es la Venezuela que se está distanciando del cementerio de ideas muertas que impulsan algunos políticos. Hoy no sabemos cuántos son exactamente, pero mañana serán la mayoría. Son los nuevos electores.

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