Yolanda Valery
Ambientalistas venezolanos están preocupados por la desaparición, por un tiempo prolongado, de un singular fenómeno natural conocido como el relámpago del Catatumbo.
El relámpago aparece sobre los cielos del occidental estado Zulia, entre 140 y 160 noches por año. Cada vez que lo hace refulge por entre siete y diez horas continuas, con una frecuencia de 50 descargas por minuto y con una intensidad de hasta 400.000 amperios, de acuerdo con algunas mediciones científicas.
En el siglo XIX, el naturalista alemán Alexander Von Humboldt lo describió como "explosiones eléctricas que son como fulgores fosforescentes". Se trata de un fenómeno mundial excepcional, que forma parte también de la cultura y el folklore de los zulianos.
Pero además, constituye un regenerador de la capa de ozono, gracias a la liberación de partículas de oxígeno que al chocar, y por el efecto eléctrico, producen ozono.
El ambientalista venezolano Erik Quiroga advirtió este jueves que el relámpago está "desaparecido" desde finales de enero pasado, en lo que representa su ausencia más prolongada en 104 años.
La razón: la intensa sequía que además se está traduciendo en racionamientos de electricidad y agua para los venezolanos.
Agua = nubes = relámpago
El biólogo Leonardo Sánchez, de la organización Ambientalistas del Zulia (AZUL) le explicó a BBC Mundo que el Catatumbo se produce a partir del choque de nubes, cuya formación depende, claro está, de la presencia de agua.
Las nubes se cargan por la confluencia de vientos en una zona de baja presión, sobre un espejo de agua (parque nacional Las Ciénagas) y contra las montañas (de la sierra de Perijá). La ecuación la completan los gases emanados de la descomposición de materia orgánica del parque, que al recibir el choque eléctrico producen el relámpago.
"Obviamente tenemos un período muy largo de sequía, producto del cambio climático y del calentamiento global, que va a afectar el equilibrio de todo el ecosistema", señaló Sánchez, quien recordó que algo similar ocurrió hace cinco años, aunque no por un lapso tan prolongado.
De acuerdo con Erik Quiroga, quien además viene promoviendo la idea de que la Unesco declare al Catatumbo "Patrimonio Natural de la Humanidad", un deterioro de Las Ciénagas le estaría dando más motivos al relámpago para tomarse unas largas vacaciones.
"Es un parque de 4.800 hectáreas y sólo hay tres guardaparques cuidándolo. Hay un problema de asentamientos ilegales, sin control y sin vigilancia", le explicó a BBC Mundo Leonardo Sánchez.
Los dos ambientalistas coinciden en que todo está conectado. De ahí la preocupación.
"Si desaparece el relámpago por períodos mas largos, no hace una contribución a la capa de ozono. Es un circulo vicioso. No se trata simplemente de un fenómeno físico, bonito, para mirar", dijo Sánchez.
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