Atención, famosos, medios de comunicación y aspirantes a blogstars: Dejen de competir por el número de seguidores que tienen en Twitter, porque según un nuevo estudio, la influencia no reside en (esos) números. Desde entonces, el número de seguidores aparentemente se ha convertido en un indicador de prestigio. Pero ahora parece que eso no da más influencia en la sociedad de los pajaritos azules, según un estudio adecuadamente subtitulado “La falacia del millón de usuarios”.
Los investigadores tuvieron en cuenta tres factores: el número de seguidores, las actualizaciones que se reenvían -o retweets- y las menciones de otras personas. Su conclusión es que la gente más popular no es necesariamente la más influyente.
Por ejemplo, las listas de las 20 cuentas con más usuarios, más menciones y con contenidos más reenviados son casi totalmente distintas. Los únicos nombres que aparecen en las tres son los de Ashton Kutcher y Puff Daddy.
“Los principales usuarios de Twitter tienen una influencia desproporcionada (entre sí), indicada por una distribución del poder”, afirmaron los expertos.
Por ejemplo, las noticias colgadas por grandes medios de comunicación son mucho más reenviadas que lo que escriben los famosos, que es más bien el contenido (menciones) de las conversaciones ajenas.
Además, el estudio señala que la gente que sí tiene influencia la tiene en muchos temas distintos. Lo que resulta algo contradictorio con su última conclusión: que la influencia, a diferencia de la fama, no se gana por casualidad, sino por un trabajo constante y, por ejemplo, centrarse en un mismo tema de conversación.
Ganar -y mantener- influencia en Twitter, concluye la investigación, requiere trabajo e implicación personal, lo que hace a estos líderes de opinión más predecibles, y por tanto, más fáciles de identificar.
