En China, el diseñador Chen Jianjun creó una alternativa complementaria a las altísimas velocidades que alcanzan los trenes modernos, los que deben detenerse en cada parada para tomar y dejar pasajeros, lo que hace perder tiempo y energía al sistema, debido a las frenadas y cambios de rapidez.
Para ello, Jianjun tomó como objeto de estudio el viaje entre Pekín y Guangzhou (2.475 kilómetros), el que tiene 30 paradas, donde si se cuentan a los usuarios más lentos, el tiempo mínimo de detención sería de cinco minutos por estación, lo que da 2,5 horas extras de recorrido.
¿Cómo diablos funciona el sistema propuesto? Fácil: los pasajeros no embarcarían directamente en el tren, sino en una plataforma. El ferrocarril pasa a su velocidad normal y la engancha a su techo, desde donde los pasajeros podrán ingresar a los vagones, mientras que quienes lleguen a destino deberán ingresar a ella. Una vez que se haya producido el intercambio de pasajeros, esta cabina movible se quedará estacionada en la siguiente estación, donde los pasajeros se podrán bajar y se repetirá el proceso. Al mismo tiempo, el tren imparable tomará la plataforma.
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