Pero la legislación no avanza igual en todas partes, y del mismo modo que algunas cosas se regulan más rápido al otro lado del charco, otras tardan más y quizá porque la mayoría de los coches de EEUU son automáticos, de momento no tiene una ley federal que prohíba llamar o -el más difícil todavía- mandar mensajes de texto al volante, en un lugar en el que las tarifas planas de SMS son algo habitual.
Últimamente, el debate está en marcha con cada vez más estados que toman la decisión de prohibirlo y aplicaciones que prometen bloquear el teléfono si se mueve demasiado deprisa como para ir a pie (con una opción de desbloqueo para mandar mensajes desde el autobús).
El tema es tan polémico en EEUU que algunos estados sólo se lo prohíben a los adolescentes (recordemos que se puede conducir desde los 16), y un experto en tecnología respetado como Michael Arrington, de TechCrunch, puede protagonizar un pintoresco indicente con un empleado de Google muy concienciado con la seguridad vial.
Hace poco, un estudio intentaba determinar si algunas personas, los "súper multi-tarea", pueden estar al tanto del teléfono sin perder la concentración en la carretera. La investigación determinó que un mínimo porcentaje de la gente, efectivamente, tiene esta capacidad. Pero lo curioso no es esto, sino el optimista tratamiento que le dieron algunos al grito de "si crees que puedes (hacer las dos cosas a la vez), puede que tengas razón". Lo que, si nos atenemos al porcentaje del estudio de una de cada 40 personas, es bastante improbable.
Otros expertos se preguntan por qué los fabricantes de móviles o de software no crean un "modo coche", como el de avión o el de reunión, mientras la casi todopoderosa Oprah Winfrey propone que este viernes, nadie toque el teléfono en la carretera.
Fuente: baquia
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