Con más de 400 millones de usuarios en el mundo luego de seis años de existencia, la red social en internet Facebook está en el ojo de la tormenta tras varias acusaciones de violar la privacidad de sus clientes para ganar dinero.
Estas acusaciones fueron reforzadas hace algunas semanas, cuando el grupo californiano permitió a sus usuarios señalar las páginas de internet que visitaron, y conocer lo que éstos piensan.
Para el director y co-fundador de Facebook, Mark Zuckerberg, esta evolución es una anticipación de la personalización de la web, pero muchos denuncian una nueva traición a la vida privada.
“Internet está en un momento crucial”, dijo Zuckerberg presentando esta innovación durante una conferencia en San Francisco (California, oeste), el 21 de abril.
“Progresamos hacia un internet donde la regulación por defecto será ’social’”, es decir que permitirá dar a conocer los gustos y actividades a una red de amigos conocidos”, asegura.
Pero para Kurt Opsahl, un abogado de la Organización de defensa de los derechos de internautas Electronic Frontier Foundation, “pasamos de una situación donde no teníamos un control suficiente, a otra donde Facebook vuelve públicas categorías enteras de informaciones, en una lógica de negocios”.
“Parecería que (Zuckerberg y su equipo) quieren ir a los sitios web y decirles: ‘tenemos todos estos tesoros informáticos de nuestros usuarios, qué nos dan (a cambio)?, agregó Opsahl.
En un principio, Facebook había propuesto volver públicas todas las compras en línea de sus usuarios; pero tuvo que recular frente a la reacción de los furiosos internautas.
Los dirigentes de Facebook aseguran que no se trata de ganar dinero, ya que esta innovación no les da nada.
Zuckerberg asegura que “esto no tiene realmente un impacto en el respeto de la vida privada”. El grupo precisa también que nada es comunicado a espaldas de sus usuarios, que deben cliquear en una casilla para dar a conocer las páginas que visitan.
Pero algunos se inquietan que los “perfiles públicos” de los usuarios de Facebook estén comunicados, y que un número creciente de datos sean accesibles públicamente, en particular por medio de “páginas comunitarias” que reúnen a todos los fanáticos de tal o cual grupo, de tal o cual asociación, etc.
“A cambio de todo servicio gratuito (como Google), hay que dar algo a cambio- en este caso se comunican datos de su vida cotidiana”, resume el analista independiente Rob Enderle, que relativiza los riesgos.
“Por lo que sé (Facebook) no vende su nombre a la mafia. Creo que es una tormenta en un vaso de agua”, concluye.
“Después de todo, nadie lo obliga a utilizar este sitio”.
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