Un estudio halla que su voz funciona tan bien como un abrazo para regular hormonas en los cerebros de las chicas.
Para las hijas en busca de una influencia reconfortante, escuchar el relajante sonido de la voz de su madre por el teléfono puede suscitar tanto estrés inducido por las hormonas como un abrazo real, según revela una investigación reciente sobre la química cerebral.
La conclusión surge de una revisión comparativa sobre cómo podría conducir la comunicación vocal a cambios en las cantidades de dos hormonas que ocurren naturalmente que tienen que ver con la regulación de la ansiedad y el estrés.
Según los científicos de la Universidad de Wisconsin-Madison, las hijas estresadas experimentan una reducción igualmente significativa en los niveles de cortisol, una hormona del estrés luego de la exposición al toque o a la voz de la madre.
Al mismo tiempo, los investigadores hallaron que cualquiera de las dos formas de intervención materna pareció estimular una variación simultánea en los niveles de oxitocina, la llamada “hormona del amor”.
Se observó el hallazgo entre un grupo de niñas entre 7 y 12 años que se confrontó inicialmente con la resolución de una serie de problemas matemáticos y con intervenir públicamente frente a extraños. La tarea promovió un aumentó en los niveles de cortisol y el inicio del estrés.
Posteriormente, los niños fueron divididos en tres grupos, uno que recibió consuelo personal de sus madres, otro que habló con su madre por teléfono y un tercero que vio un video de 75 minutos diseñado para no suscitar una respuesta emocional.
El resultado fue que tanto el contacto materno personal como telefónico logró un alivio igualmente sustancial y duradero del estrés y la ansiedad entre las niñas.
“Las niñas que lograron interactuar con sus madres virtualmente tuvieron la misma respuesta hormonal, bien fuera que interactuaran en persona o por teléfono”, señaló en un comunicado de prensa Leslie Seltzer, autora del estudio y antropóloga biológica de la Universidad Wisconsin-Madison.
Seltzer y sus colegas informan sobre los hallazgos en la edición del 12 de mayo de Proceedings of the Royal Society B.
En el estudio actual no participaron niños. De hecho, el equipo de investigación sugirió que la regulación del estrés en realidad podría variar según el sexo y las mujeres podrían decidir fortalecer sus vínculos sociales como respuesta al estrés, mientras que los hombres podrían optar por una estrategia de huir o luchar.
Para más información sobre los niños y el estrés, visite la Nemours Foundation.
Fuente: DiarioSalud
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