Seis jóvenes entraron a robar en un vagón de El Valle a La Bandera. Ante la frustración, una usuaria del servicio tomó su "sobreviviente" Blackberry envió un mensaje a @caracasmetro, el canal de la red Twitter a donde los pasajeros envían reportes sobre el subterráneo caraqueño. Vigilantes y cámaras son insuficientes.
Usuarios temen por la inseguridad incluso en horas pico (Archivo)
Irmaris Angarita acostumbra esconder su teléfono entre su ropa interior y pantalones cada vez que entra al metro. El sábado, cuando presenció un robo masivo entre las estaciones El Valle y La Bandera, la maña le sirvió para salvarse de quedar incomunicada.
A las 7 de la noche cinco muchachos y una chica, todos de menos de 20 años, entraron armados a uno de los vagones en la estación El Valle con dirección Plaza Venezuela. Los segundos que dura el trayecto hasta la próxima estación, La Bandera, fueron los más escalofriantes para los usuarios, porque el grupo amenazó con matar a quien hiciera el mínimo movimiento hacia los botones de emergencia.
Les pidieron bajar las cabezas y fueron pasando de puesto en puesto recolectando dinero, relojes y celulares, pero no cualquiera, desecharon los de tecnologías más antiguas.
Irmaris puso en el morral de uno de los delincuentes BsF 10 y un reloj, mientras que a su amiga no le quedó de otra que poner su Nokia.
A otros usuarios les robaron también los objetos de valor que llevaban, como a un muchacho a quien le quitaron su guitarra.
Luego de la recolección, los ladrones salieron corriendo en la estación La Bandera y los usuarios avisaron a los operadores, quienes les dijeron que ellos no eran policías y no podían hacer nada.
Ante la frustración, Irmaris tomó su sobreviviente Blackberry envió un mensaje a @caracasmetro, el canal de la red Twitter a donde los usuarios envían reportes sobre el subterráneo.
En seguida comenzaron a aparecer mensajes de respuestas de otros usuarios, quienes también habían sido víctimas de ese u otros robos y los reclamos a los administradores del sistema para que pusieran más cuidado en la seguridad del público.
El mismo día del robo la Policía Nacional realizó las primeras rondas de reconocimiento en las estaciones para que los funcionarios que se están entrenando, se familiarizaran con el sistema y pudiesen brindar mejor servicio.
Además, en mayo, la Guardia Nacional Bolivariana puso en marcha el plan Topo, para resguardar las instalaciones y a los pasajeros del metro, como parte del Dispositivo Bicentenario de Seguridad.
Pero ni esas medidas, los 300 guardias de seguridad integral (vigilantes sin armas) o las 20 cámaras por cada estación han sido suficientes para controlar la inseguridad. Las víctimas se desahogan en las redes sociales, sin respuesta de las autoridades. Al cierre de esta edición fue imposible contactarlas para más información.
malbornoz@eluniversal.com
Fuente: eluniversal
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