El Diccionario Oxford, una de las clásicas referencias para las consultas en inglés desde hace más de un siglo, dejará de imprimirse en papel debido a sus bajas ventas, y mantendrá sólo la edición electrónica.
El Oxford English Dictionary, que desde el año 1884 imprime regularmente la editorial Oxford University Press, ya no visitará más la imprenta. A partir de la próxima edición, sólo se podrá consultar en formato digital.
La elaboración de este enciclopédico diccionario (valga la redundancia) es de cocción lenta: 80 lexicógrafos están trabajando desde el año 1989 en la nueva edición (la tercera), y apenas han completado un 30% del trabajo.
Sin embargo, lo más probable es que ya no se impriman en papel los 20 volúmenes -de más de 30 kilos de peso-, ya que las ventas en este formato no compensan el coste.
El diccionario impreso completo cuesta alrededor de 1.000 euros. En cambio, la suscripción digital cuesta unos 290 euros al año, y es la opción que cada vez eligen más empresas, universidades y demás centros de enseñanza.
Desde 1989, apenas se han vendido 30.000 ejemplares de la versión impresa. Por el contrario, la edición digital recibe dos millones de consultas al mes.
Nigel Portwood, CEO de Oxford University Press, declaraba ayer domingo en la prensa inglesa: “El mercado de los diccionarios impresos está desapareciendo a un ritmo de decenas de percentiles al año”. Y aunque aún falta al menos una década para que se termine la nueva edición del Oxford, no cree que lleguemos a tocarlo con las manos.
Lo que de momento si seguirá imprimiéndose es una versión más reducida, de un solo volumen, que se actualiza con regularidad. Portwood calcula que a este formato le quedan unos 30 años de vida.
La elaboración de este enciclopédico diccionario (valga la redundancia) es de cocción lenta: 80 lexicógrafos están trabajando desde el año 1989 en la nueva edición (la tercera), y apenas han completado un 30% del trabajo.
Sin embargo, lo más probable es que ya no se impriman en papel los 20 volúmenes -de más de 30 kilos de peso-, ya que las ventas en este formato no compensan el coste.
El diccionario impreso completo cuesta alrededor de 1.000 euros. En cambio, la suscripción digital cuesta unos 290 euros al año, y es la opción que cada vez eligen más empresas, universidades y demás centros de enseñanza.
Desde 1989, apenas se han vendido 30.000 ejemplares de la versión impresa. Por el contrario, la edición digital recibe dos millones de consultas al mes.
Nigel Portwood, CEO de Oxford University Press, declaraba ayer domingo en la prensa inglesa: “El mercado de los diccionarios impresos está desapareciendo a un ritmo de decenas de percentiles al año”. Y aunque aún falta al menos una década para que se termine la nueva edición del Oxford, no cree que lleguemos a tocarlo con las manos.
Lo que de momento si seguirá imprimiéndose es una versión más reducida, de un solo volumen, que se actualiza con regularidad. Portwood calcula que a este formato le quedan unos 30 años de vida.
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