Cualquier teléfono móvil contiene datos personales y archivos privados de su propietario. Desde el propio registro de llamadas hasta mensajes de texto, fotografías o correos electrónicos. Nadie, salvo que medie una orden judicial, tiene derecho a revisar ese contenido. Eso es lo que ha aprendido un instituto de Pennsylvania después de haber perdido una demanda y verse obligados a indemnizar a una estudiante con 33.000 dólares.
La estudiante, a la que sólo se conoce por la siglas N.N., estaba usando su teléfono en clase y su profesor se lo requisó. Hasta ahí, todo bien. El problema llegó cuando el director del instituto se puso a revisar sus mensajes y fotografías y encontró imágenes de la estudiante desnuda. Inmediatamente se puso en contacto con las autoridades y expulsó a N.N. durante tres días.
La chica decidió entonces demandar al centro por invadir su privacidad y la justicia le ha dado la razón. No es el primer caso que se da en Estados Unidos o en otras partes del mundo, y probablemente no sea el último.
Vía IntoMobile
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