Cuando entra el jefe en la oficina, es ya un acto reflejo común apresurarse a cerrar el Facebook y abrir cualquier ventana que sirva para crear la apariencia de que se está trabajando.
Eso, a no ser que se trabaje para una empresa como Scancom, en el Reino Unido, donde las redes sociales son vistas como una herramienta más que la compañía quiere que se use lo más posible.
"Puede ser que alguien lo vea como una distracción, pero yo mido los retornos de mis inversiones y veo lo felices que los empleados son usándolas: todos trabajan bien, las ventas suben. No hay problema. Estoy totalmente a favor", le dijo a la BBC Chen Kotecha, gerente de Scancom.
La empresa, dedicada a la venta de productos para Blackberry, es una de las 20.000 que usan la plataforma Chatter, un paquete informático que ayuda a los empleados a trabajar juntos.
La red social, para premiar
Pero además, el responsable de Chatter, el multimillonario Marc Benioff, cree que descubrió una imprevista función para las redes sociales: mantener vigilados a sus empleados.
"El beneficio para mí como ejecutivo está en la transparencia que aporta. El correo electrónico tiende a ser un medio muy privado, no es muy útil para compartir información. Las redes sociales sí", cuenta Benioff.
Chatter es en gran parte una imitación de Facebook, con el que comparte muchos principios: los empleados construyen perfiles, actualizan su estatus y comparten información.
Pero, como comentó Benioff, Chatter sirve para que el jefe observe el comportamiento de los trabajadores y, de esta forma, localizar y premiar a los más relevantes, los "individuos pivote".
"No son nuestros principales ejecutivos. Ni siquiera ocupan puestos de rango medio. Pero son individuos que contribuyen de forma consistente a asegurar los contratos, la producción o a arreglar los problemas", comenta.
¿Parezco ocupado?
No voy a decirle a cada empleado: 'has estado usando el Chatter, aquí tienes un aumento'. Nada de eso
Chen Kotecha, Scancom
Kotecha asegura además que Chatter le ayuda a sus empleados a solucionar los problemas más pronto, pues constantemente pueden acceder a información actualizada.
"Quizás no sepa en qué está trabajando un empleado y no quiero estar preguntando".
"Pero puedo averiguarlo gracias a su estatus y él también puede saber qué estoy haciendo yo. Todo el mundo puede comentar, todo el mundo puede participar. A veces, la gente sabe algo que tú no esperas", agrega el directivo.
Hasta aquí todo parecen ventajas, pero Kotecha se ha encontrado con que los trabajadores también esperan ser recompensados sólo por usar Chatter. Y eso le hace dejar de sonreír.
"No voy a decirle a cada empleado: 'has estado usando el Chatter, aquí tienes un aumento'. Nada de eso". Para él, se trata de una herramienta que completar el trabajo diario, aquello por lo que él ya paga a los empleados.
Un lugar para las ideas
Pero muchas de las ideas no ocurren en los espacios asignados para que se desarrollen.
Sería de lamentar que no se le prestara atención a un grupo de trabajadores creativos sólo porque tuvieran una idea en la cantina y no en la herramienta oficial en internet.
De acuerdo con una reciente investigación de Google, hay muchos trabajadores que de hecho se sienten ignorados. De 3.500 encuestados, el 58% dijo que aportaría más ideas si sintiera que van a ser recompensadas.
Sólo el 12% se mostró conforme con la tecnología destinada a la colaboración en su puesto de trabajo.
Así que la cuestión es: ¿qué tipo de herramienta podría servir para cooperar de forma más creativa en internet?, ¿pueden las redes sociales hacerlo o es necesario algo más profundo y serio?
La ola rota
Algunos gigantes de la informática como Google o Microsoft disponen de sus propias herramientas para cooperar en línea. Google tiene sus aplicaciones y Microsoft su Business Productivity Online Suite (BPOS).
Sólo porque los trabajadores se divierten en un ambiente bastante informal no significa que no estén creando cosas que pueden implicar ventajas para la empresa
Brian Condon, Centro de Colaboración Creativa
Estas herramientas sirven para que un grupo reducido de trabajadores de confianza colabore en un documento o compartan un calendario.
Pero también tienen carencias. Puede ser usadas para crear cualquier cosa, pero carecen de la vivacidad de las redes sociales.
"La mayoría de las herramientas de colaboración corporativas son diseñadas por gente que no es adepta a las redes sociales", le comenta a la BBC Tom Austin, analista de Gargner.
Las opiniones de Austin parecen refrendadas por la suerte de Google Wave (ola en inglés), una especie de intento de combinar redes sociales con documentos compartidos que terminó abandonado por falta de interés.
¿Alguien quiere un café?
Mientras tanto, en el Centro de Colaboración Creativa, en un pequeño edificio en el centro de Londres, están bastante orgullosos de cómo trabajan.
Los trabajadores llegan los viernes a las diez de la mañana para tomarse un café y compartir ideas. Y han tenido cierto éxito comercial.
Para ellos no es como hacerlo en una red social, ya que, lejos de sumergirse en el trabajo diario, deliberadamente se salen.
Pero tampoco es como la "más seria" herramienta de colaboración porque llega a conocer gente nueva y no se quedan estancados en su equipo de siempre.
La aproximación se basa en la "innovación abierta" y es mucho menos estructurada que las herramientas de colaboración actualmente disponibles.
"Es una fórmula diferente. Eso es todo", dice el cofundador Brian Condon. "Sólo porque los trabajadores se divierten en un ambiente bastante informal no significa que no estén creando cosas que pueden implicar ventajas para la empresa", agrega.
Tal vez, Condon sepa algo que desconocen los ingenieros desarrolladores de programas informáticos.