Pena fue declarado culpable el pasado febrero por ser el cerebro de una operación delictiva en la que se hackeó a más de 15 compañías de telecomunicaciones para redirigir llamadas a sobre sus redes sin coste alguno. Su fraude costó más de 1,4 millones de dólares de pérdidas a las víctimas, entre las que se incluyen los proveedores de servicios de VoIP Net2Phone, NovaTel y Go2Tel.
En la realización de sus actividades, Pena colaboró con el hacker estadounidense Robert Moore. Juntos lanzaron los ataques contra las redes de VoIP y Moore fue el autor de los programas informáticos que una y otra vez intentaban averiguar códigos de prefijos que se utilizaban para autorizar el tráfico sobre las redes.
Durante un período de cuatro meses en el año 2005 Moore, condenado previamente a dos años de cárcel por su participación, lanzó más de 6 millones de ataques de este tipo contra la red de AT&T para localizar puertos vulnerables. Precisamente esta operadora ha ayudado a las autoridades en la investigación del delito, aunque no ha sido nombrada entre las víctimas del fraude.
En la realización de sus actividades, Pena colaboró con el hacker estadounidense Robert Moore. Juntos lanzaron los ataques contra las redes de VoIP y Moore fue el autor de los programas informáticos que una y otra vez intentaban averiguar códigos de prefijos que se utilizaban para autorizar el tráfico sobre las redes.
Durante un período de cuatro meses en el año 2005 Moore, condenado previamente a dos años de cárcel por su participación, lanzó más de 6 millones de ataques de este tipo contra la red de AT&T para localizar puertos vulnerables. Precisamente esta operadora ha ayudado a las autoridades en la investigación del delito, aunque no ha sido nombrada entre las víctimas del fraude.
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