Se dice el pecado, pero no el pecador. Eso al menos debe pensar Mark Zuckerberg, cuya empresa Facebook acaba de reconocer algo ya sabido, que desde la red social se vendieron datos personales e información de los usuarios a terceras compañías. Una práctica cuya responsabilidad ha derivado en una docena de programadores externos a la compañía cuyos servicios han sido suspendidos durante un periodo de seis meses.
La medida fue tomada según Facebook tras una investigación interna, motivada tras las denuncias recibidas desde diversas instituciones (entre ellas la Agencia Española de Protección de Datos, AEPD), en la que además de identificar a los infractores han descubierto que los citados datos han ido a parar a al menos 25 empresas y agencias publicitarias diferentes.
Facebook no ha identificado a esos programadores externos que habrían incumplido la política sobre protección de datos de la red social, aunque al señalar que no se tratan de las aplicaciones más populares ha exonerado de paso a Farmville, que había sido una de las señaladas. Para el futuro, la red social ha prometido mejorar sus protocolos de seguridad y someter a estas empresas a una auditoría.
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