Es una historia, como tantas otras, de una intensa relación que pudo haber sido y no fue: la de Google con Twitter. Según diversas fuentes, Google habría flirteado con la posibilidad de ofrecer 2,5 billones de dólares a Twitter para hacerse con ella. Una proposición lanzada de manera informal y que la red social encontró no indecente, si no directamente insultante. Eso sucedió a principios de este año.
Otro pretendiente se habría acercado hace tres meses para una nueva oferta, algo menos insultante, por valor de 4 billones de dólares, que también fue rechazada. Una oferta que podría haber sido lanzada por Microsoft. Y es que ambos gigantes valoran siempre la adquisición de terceras empresas con servicios pujates como una simple medida de reforzamiento de su posición.
En el juego económico de Internet, ofertas como las supuestamente realizadas sobre Twitter están al orden del día (que se lo pregunten a Facebook). A veces son simple globos-sonda para conocer mejor el estado e intenciones de las compañías y otras “ataques preventivos” con la intención de que rivales próximos no se hagan más fuertes con nuevas adquisiciones.
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