La mayoría de la gente ha tenido alguna vez la experiencia de sentir la vibración del móvil en el bolsillo o en el bolso, comprobarlo y ver que no hay llamada alguna o incluso que el móvil se lo han dejado en casa. Es un fenómeno en parte físico y en parte psicológico que recibe el nombre de vibransiedad, vibración fantasma o síndrome Blackberry.
No tiene nada de raro. Ni estamos locos ni nada por el estilo. Creer que el móvil está vibrando cuando no lo está tiene explicación e incluso nombre: es la vibransiedad, también conocida como síndrome de la vibración fantasma o síndrome Blackberry. Nuestro organismo se ha acostumbrado de tal manera a la vibración del móvil que ya la percibe aunque nos dejemos el terminal en casa.
Neurólogos estadounidenses lo comparan, salvando las evidentes diferencias, con la sensación de miembro fantasma que se siente cuando una extremidad es amputada. Y es que hemos llegado a hacer del móvil un apéndice más de nuestro cuerpo.
Otros expertos descartan el componente físico y aseguran que se debe a una respuesta psicológica. Nuestro cerebro ha aprendido que la vibración del móvil es preludio de comunicación, así que cuando tiene ganas de hablar con alguien, hace saltar la falsa alarma.
Dejando a un lado sus causas, lo que está claro es que cada vez son más los que reconocen haber pasado por esto. En Facebook, sin ir más lejos, han surgido grupos como “Yo tambien he mirado el movil pensando que estaba vibrando” o “Yo también he sentido la vibración fantasma del móvil”, que cuentan ya con cientos de miles de seguidores.
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