Twitter es una plataforma en la que todos podemos expresarnos libremente acerca de cualquier cosa y cualquier persona o institución, no se aplica ninguna censura en las opiniones de los participantes. En esta libertad de expresión se han respaldado millones de tweets que en un arranque emocional o en un frío cálculo de los daños, resultan siendo claramente difamatorios, perjudicando la reputación de alguien.
Es muy sencillo si todos podemos identificar un tweet difamatorio y lo dejamos pasar como tal sin influir en lo más mínimo en nuestra opinión hacía una persona, pero la verdad es que no sucede así. Al leer alguna acusación muchas veces la consideramos cierta porque esa persona no es de nuestro agrado, o porque aparentemente va de acuerdo a su perfil o porque simplemente somos de esas personas fácilmente influenciables. Aún siendo seres razonables y sabiendo identificar la difamación, dicha afirmación negativa nos deja una inquietante interrogante hacía la persona, sobre todo cuando esas afirmaciones se repiten, a veces de forma regular.
Creo que muchos de nosotros hemos sido víctimas de difamación en Twitter, y la mayoría de las veces no vienen solo porque sí, llegan exactamente después de que publicamos una opinión fuerte hacía un tema sensible o informamos de algo negativo que podemos comprobar y que causó incomodidad y rabia, o dentro de una discusión con la hubiéramos querido tener un constructivo intercambio de ideas (a veces las difamaciones vienen inclusive de personas “entusiastas” o fans que no son parte en la discusión). Las difamaciones son por lo general una reacción inmediata a una acción, son bastante oportunas, y es la primera señal para identificar la difamación.
Difamar es desacreditar a alguien, de palabra o por escrito, publicando algo contra su buena opinión y fama. Debemos reconocer la difamación cuando la tenemos enfrente y saber identificar a quien la está ejerciendo públicamente simplemente porque puede y quiere (seguramente reincidirá). La difamación debe cumplir con estos dos inseparables factores: es falsa y es perjudicial.
Falsa
Si quien hace una acusación no puede comprobar lo que dice, entonces su argumento debe ser considerado como difamatorio. Cuando se hacen acusaciones de actos ilegales o criminales debe haber prueba de ello, no es lo mismo decirlo a alguien que ha sido convicto por ello a alguien que no hay manera de demostrarlo. Si no vas a comprobar lo que estas diciendo y no existe prueba alguna de que lo que dices es cierto, estas difamando.
Se debe defender la verdad y condenar la mentira, mientras que el derecho a la opinión debe mantenerse intacto.
Perjudicial
La difamación se caracteriza por causar daño, y para establecer perjuicio hay que hacer una diferenciación clara entre los sentimientos y la reputación. La libertad de expresión es un derecho incuestionable y si queremos expresarnos mal de una persona podemos hacerlo libremente, eso es maravilloso. Es estupendo que podamos ser mezquinos y groseros y estar a salvo de cometer difamación. Los sentimientos son algo subjetivo, para saber si existe difamación se debe establecer que hay perjuicio real a la reputación (que es objetivo) que como consecuencia puede resultar en pérdidas económicas o de credibilidad, por ejemplo.
Si ponemos atención, vamos a observar que la difamación en Twitter es mucho más común de lo que parece, muchas veces solo lo vemos con claridad cuando se trata de celebridades y otras figuras públicas, pero todos estamos expuestos a ser víctimas y victimarios de la difamación en el micro-blog, 140 caracteres o menos son lo único que se necesita.
Es muy difícil actuar en contra de la difamación, sobre todo tratándose de Twitter en donde leyes de varios países/estados entran en juego, pero al menos podemos reconocer cuando lo tenemos enfrente, sobre todo por un tercer componente, la malicia con la que actúa quien publica el argumento falso y prejudicial. Es muy claro cuando el argumento tiene la intención de hacer daño a la reputación y no la de proporcionar la verdad. Quienes difaman en Twitter sienten poder porque lo hacen de forma pública, pero inevitablemente también se perjudican ellos mismos. Y recuerden, el retweet a la difamación, también es difamación.
El poder y la influencia de Twitter ha alcanzado un nivel en que ya no podemos menospreciarlo. Cadenas de noticias como CNN usan a Twitter como fuente inagotable de noticias, Twitter debe ser tomado en serio y debemos tener cuidado en lo que escribimos en esta plataforma, debemos aplicar responsabilidad en la libertad de expresión que practicamos en Twitter y en todas las redes sociales (así como en la vida diaria). Tenemos que respetar el derecho que tienen los demás a conservar su integridad y buena reputación. Si no puedes comprobar tu acusación y estas perjudicando, entonces estas difamando.
Es momento de tomar conciencia acerca del impacto que nuestras palabras pueden llegar a alcanzar en las redes sociales, ¿no creen? Este podría ser un buen propósito de año nuevo.
Es muy sencillo si todos podemos identificar un tweet difamatorio y lo dejamos pasar como tal sin influir en lo más mínimo en nuestra opinión hacía una persona, pero la verdad es que no sucede así. Al leer alguna acusación muchas veces la consideramos cierta porque esa persona no es de nuestro agrado, o porque aparentemente va de acuerdo a su perfil o porque simplemente somos de esas personas fácilmente influenciables. Aún siendo seres razonables y sabiendo identificar la difamación, dicha afirmación negativa nos deja una inquietante interrogante hacía la persona, sobre todo cuando esas afirmaciones se repiten, a veces de forma regular.
Creo que muchos de nosotros hemos sido víctimas de difamación en Twitter, y la mayoría de las veces no vienen solo porque sí, llegan exactamente después de que publicamos una opinión fuerte hacía un tema sensible o informamos de algo negativo que podemos comprobar y que causó incomodidad y rabia, o dentro de una discusión con la hubiéramos querido tener un constructivo intercambio de ideas (a veces las difamaciones vienen inclusive de personas “entusiastas” o fans que no son parte en la discusión). Las difamaciones son por lo general una reacción inmediata a una acción, son bastante oportunas, y es la primera señal para identificar la difamación.
Difamar es desacreditar a alguien, de palabra o por escrito, publicando algo contra su buena opinión y fama. Debemos reconocer la difamación cuando la tenemos enfrente y saber identificar a quien la está ejerciendo públicamente simplemente porque puede y quiere (seguramente reincidirá). La difamación debe cumplir con estos dos inseparables factores: es falsa y es perjudicial.
Falsa
Si quien hace una acusación no puede comprobar lo que dice, entonces su argumento debe ser considerado como difamatorio. Cuando se hacen acusaciones de actos ilegales o criminales debe haber prueba de ello, no es lo mismo decirlo a alguien que ha sido convicto por ello a alguien que no hay manera de demostrarlo. Si no vas a comprobar lo que estas diciendo y no existe prueba alguna de que lo que dices es cierto, estas difamando.
Se debe defender la verdad y condenar la mentira, mientras que el derecho a la opinión debe mantenerse intacto.
Perjudicial
La difamación se caracteriza por causar daño, y para establecer perjuicio hay que hacer una diferenciación clara entre los sentimientos y la reputación. La libertad de expresión es un derecho incuestionable y si queremos expresarnos mal de una persona podemos hacerlo libremente, eso es maravilloso. Es estupendo que podamos ser mezquinos y groseros y estar a salvo de cometer difamación. Los sentimientos son algo subjetivo, para saber si existe difamación se debe establecer que hay perjuicio real a la reputación (que es objetivo) que como consecuencia puede resultar en pérdidas económicas o de credibilidad, por ejemplo.
Si ponemos atención, vamos a observar que la difamación en Twitter es mucho más común de lo que parece, muchas veces solo lo vemos con claridad cuando se trata de celebridades y otras figuras públicas, pero todos estamos expuestos a ser víctimas y victimarios de la difamación en el micro-blog, 140 caracteres o menos son lo único que se necesita.
Es muy difícil actuar en contra de la difamación, sobre todo tratándose de Twitter en donde leyes de varios países/estados entran en juego, pero al menos podemos reconocer cuando lo tenemos enfrente, sobre todo por un tercer componente, la malicia con la que actúa quien publica el argumento falso y prejudicial. Es muy claro cuando el argumento tiene la intención de hacer daño a la reputación y no la de proporcionar la verdad. Quienes difaman en Twitter sienten poder porque lo hacen de forma pública, pero inevitablemente también se perjudican ellos mismos. Y recuerden, el retweet a la difamación, también es difamación.
El poder y la influencia de Twitter ha alcanzado un nivel en que ya no podemos menospreciarlo. Cadenas de noticias como CNN usan a Twitter como fuente inagotable de noticias, Twitter debe ser tomado en serio y debemos tener cuidado en lo que escribimos en esta plataforma, debemos aplicar responsabilidad en la libertad de expresión que practicamos en Twitter y en todas las redes sociales (así como en la vida diaria). Tenemos que respetar el derecho que tienen los demás a conservar su integridad y buena reputación. Si no puedes comprobar tu acusación y estas perjudicando, entonces estas difamando.
Es momento de tomar conciencia acerca del impacto que nuestras palabras pueden llegar a alcanzar en las redes sociales, ¿no creen? Este podría ser un buen propósito de año nuevo.
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