Los investigadores analizaron los datos de la Oficina de Estadísticas del Reino Unido, para revelar las tendencias vinculadas con la cantidad de casos de cáncer de cerebro en el período comprendido entre los años 1998 y 2007. Como resultado, los científicos no encontraron cambios estadísticamente significativos en la frecuencia de los casos de esta enfermedad en hombres ni en mujeres a lo largo de todo este tiempo de observación.
Según comentó el responsable del estudio, Frank de Vocht, el uso de los teléfonos móviles en el Reino Unido y otros países fue creciendo a partir de 1990, cuando aparecieron los primeros dispositivos de este tipo. A pesar de que varios expertos advierten sobre el aumento del riesgo de padecer cáncer cerebral debido a la exposición a campos de radiofrecuencia, los resultados del presente estudio demuestran que es poco probable que haya relación entre el uso de estos aparatos y la incidencia del cáncer, puesto que no existen pruebas del aumento de los casos de este mal desde el inicio de la era celular.
El equipo de investigadores formado por especialistas del Instituto de la Medicina del Trabajo de Edimburgo, Reino Unido, y de la Universidad de Drexel, Filadelfia, EE.UU., encontró un leve aumento de los casos de cáncer en el lóbulo temporal (0,6 casos por cada 100.000 personas, ó 31 casos al año entre 52 millones de personas). La incidencia del cáncer en el lóbulo parietal y del cerebelo en los hombres, incluso mostró una caída en el citado período.
Los científicos no excluyen que ciertas personas puedan ser susceptibles a las radiofrecuencias, y que algún tipo raro de cáncer pueda estar asociado con este impacto. Sin embargo, afirman que con los datos del análisis en la mano, no hay que tomar ningún tipo de medida sanitaria sobre la reducción de la exposición a las radiofrecuencias de los teléfonos móviles.
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