Vender poco, o menos de lo que esperabas, ya es malo. Pero que te devuelvan más de una de cada diez unidades es mucho peor. Y eso es precisamente lo que le está pasando a Samsung con su flamante Galaxy Tab.
Según los datos de una firma de Wall Street, citados por el New York Post y que están causando sensación en los medios de tecnología, el 15 por ciento de los clientes que compraron una Galaxy Tab la han devuelto, de acuerdo con las ventas desde su lanzamiento hasta el pasado 16 de enero.
Para que nos hagamos una idea, el celebérrimo iPad de Apple, al que muchos condenaron al fracaso porque no tenía Flash, ni multitarea, ni puertos USB, tuvo una tasa de devoluciones del dos por ciento en ese tiempo, y ha vendido unos 7,33 millones de unidades sólo en el último trimestre del año. Samsung, por su parte, no ha concretado cuántas tablets ha vendido (aunque sí anunció haber vendido 600.000 durante el primer mes), aunque sí ha dicho haber enviado dos millones a las tiendas.
La gran pregunta es qué ha disgustado a los usuarios de la Galaxy Tab, y aunque por el momento no se sabe con certeza, todo parece apuntar a que las prisas traicionaron a Samsung. Al empeñarse en lanzar su dispositivo en noviembre, la compañía surcoreana tuvo que conformarse con la versión Froyo de Android, pensada para telefonos móviles y que hasta Google, que desarrolla el software, desaconsejó sutilmente para tablets.
Utilizar Froyo en una pantalla de siete pulgadas descuadra la apariencia de las aplicaciones, pensadas para funcionar en pantallas de tres pulgadas como máximo. El resultado es que, por ejemplo, algunas aparecerían a una resolución de 800x400, y no a la de 1024x600 del dispositivo.
Otros fabricantes, como Motorola o Toshiba, están esperando para poder utilizar la versión 3.0 o Honeycomb de Android, que sí está diseñada específicamente para tablets y se presenta como un rival de importancia para Apple. Google tenía previsto presentar Honeycomb de forma oficial el 2 de febrero.
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