Es probablemente que dentro de diez años la ciencia siga preguntándose si los teléfonos móviles son perjudiciales para la salud o no. De momento, nos siguen llegando estudios contradictorios cada mes. El último trabajo nos llega desde el Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos que ha publicado sus conclusiones en el Journal of the American Medical Association.
En este estudio, la Nora D. Volkow asegura haber demostrado que utilizar un teléfono móvil durante 50 minutos es suficiente para que se acelere la actividad cerebral en la zona que está más próxima a la antena del dispositivo (el córtex orbitofrontal y el lóbulo temporal). En concreto lo que ocurre es que se acelera localmente el metabolismo de glucosa en nuestro cerebro, que normalmente es un indicador de la actividad de las neuronas.
Esto quiere decir que sí existe una influencia de las radiaciones electromagnéticas en nuestro cerebro y que esta influencia puede ser medida. Sin embargo, lo que todavía no ha logrado es probarse que exista una relación directa entre el uso de los teléfonos móviles y el aumento de tumores cerebrales que parece haberse dado en los últimos años, así que, una vez más, la cuestión sigue en el aire.
Vía ABC.es
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