La historia es la siguiente. El 1 de diciembre del año pasado, Dawnmarie Souza fue despedida de la American Medical Response of Connecticut Inc. después de hacer unos comentarios “vulgares” sobre sus empleadores en Facebook. Souza le habría hecho una solicitud a sus jefes, pero ellos la rechazaron. La mujer decidió ventilar su frustración en Facebook, donde varios de sus compañeros también comentaron.
El tema llegó a la National Labor Relations Board, luego de que Souza se quejara del despido. Según la empresa, la conducta de la mujer constituye “hablar mal” de la compañía, lo que está en violación del código que se le impone a sus trabajadores. Pero la defensa de la mujer era que el comentario fue hecho fuera del trabajo, en un computador personal y en una cuenta privada.
La discusión del caso empezó el 25 de enero, y aunque se esperaba una pelea de larga duración, esta semana ambas partes lograron un acuerdo. Downmarie Souza fue compensada con una cifra no revelada de dinero, aunque no volverá a su antiguo lugar de trabajo. Por otra parte, la empresa accedió a revisar sus políticas sobre internet, permitiendo que los trabajadores hablen sobre el trabajo en sus sitios personales.
Lo clave de la situación es que los comentarios fueron hechos fuera del horario de trabajo, en un computador y una cuenta personal. Si bien este caso probablemente va a ser usado como precedente cuando estas situaciones se repitan, hay que tener claro que el contexto en el que se realizan los comentarios va a influir en este tipo de conflictos.
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