Otra pregunta inocente para el tan querido lector: ¿Cuánto rato antes de dormirse apagó el último de sus dispositivos electrónicos anoche? O mejor: ¿Quiénes de los presentes apenas han podido mantener los ojos abiertos esta tarde porque se quedaron una ratito más de la cuenta viendo televisión, revisando sus redes sociales o jugando Angry Birds en el celular? Usted dio positivo. No se haga el tonto. Usted pertenece a este 95%.
Es que afrontémoslo: hoy en día ya casi nadie duerme bien y hay una razón bien concluyente. Un estudio de la National Sleep Foundation evaluó la relación entre el uso de los estadounidenses de algún tipo de dispositivo tecnológico dentro de la última hora antes de dormirse y la calidad del sueño en sí.
Y la relación es directa. Los gadgets desajustan el reloj interno, reprimen las hormonas del sueño, interrumpen el dormir y generan fatiga. Es cierto que es un estudio efectuado en Estados Unidos, pero esa cifra tampoco dista en demasía de la realidad por estas latitudes.
El sondeo arrojó además que un 43% de los encuestados rara vez o nunca duerme bien durante la semana y un 60% reconoce sufrir algún problema para dormir todas las noches o casi todas ellas.
En esa última hora el día el cuerpo necesita comenzar a bajar las revoluciones, pero cualquier aparato tiende a mantenerlo alerta y dejarlo sobre revolucionado, impidiendo conciliar el sueño; roncar, despertar varias veces en la noche, despertar antes que la alarma y amanecer con la sensación de no haber descansado nada. Eso explica la cara que tienes en este instante.
Lo recomendado entonces es hacer que el dormitorio, como la misma palabra dicta, sea un lugar exclusivamente para dormir. Sin computador, televisor, radio, consolas, ni nada. Así quizás mañana comienzas a tener una cara más presentable.
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