Una aplicación de un grupo religioso que promete "curar" la homosexualidad ha provocado el último escándalo de la AppStore.
Los criterios de selección de la AppStore siempre dan material para el escándalo. Ya sea porque prohíben el contenido subido de tono o porque PlayBoy busca la forma de eludir la censura, la cruzada de Apple de garantizar el contenido familiar y "salvarnos del porno" no está libre de sobresaltos. En esta ocasión no se trata de lo que prohíben, sino de lo que permiten.
La aplicación "International Exodus" es obra de una organización religiosa del mismo nombre con sede en Florida. Parece que el software trata de persuadir al usuario para que adopte un estilo de vida heterosexual a base de oración y una "terapia" que incluye polémicas afirmaciones sobre la voluntad divina o el origen de la homosexualidad.
Apple le ha dado una nota de 4 estrellas a la aplicación, lo que implica que no incluye "contenido cuestionable" según las normas de la compañía.
Como era de esperar, la aplicación ha despertado la indignación entre organizaciones de defensa de derechos homosexuales, que consideran que transmite un mensaje "de odio y prejuicio". Ya hay una campaña para pedir a Apple que retire la aplicación, como ocurrió el año pasado con una aplicación que invitaba a los usuarios a posicionarse contra el matrimonio homosexual. La iniciativa había reunido, en el momento de escribir estas líneas, más de 85.000 seguidores.
Empresas como Apple, Google o Facebook han tenido que enfrentarse a polémicas antes desconocidas, según pasan de ser meras fabricantes de tecnología para convertirse en editoras, administradoras y en ocasiones productoras de contenido, con los consiguientes conflictos políticos, éticos o morales entre sus usuarios, que toman los derroteros más insospechados para los creadores de la tecnología.
Facebook, por ejemplo, creada por jóvenes universitarios sin cargas familiares, se vio inmersa en una polémica en torno a las imágenes de madres amamantando, que veían cómo se les censuraban fotografías porque infringían unos límites diseñados para evitar imágenes pornográficas. Una circunstancia que, probablemente, ni siquiera había pasado por la imaginación de los creadores de la página. La propia Facebook respondía hace poco a las demandas de organizaciones de derechos homosexuales al habilitar las opciones "pareja de hecho" y "conviviendo" entre sus categorías de estado sentimental.
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