A mediados de los noventa, el móvil solo servía para hablar, y no siempre. Desde hace unos años es además un pequeño pero poderoso ordenador que nos permite conectarnos a internet, ver el correo, hacer fotos o vídeos... Y a partir de ahora, las operadoras, los Bancos y los fabricantes de teléfonos inteligentes están empeñados en que se convierta en la nueva tarjeta de crédito universal, entre otras cosas. Servirá para pagar en las tiendas, para entrar en el metro o en la oficina, para recoger las entradas del cine. En realidad, para todo.
En los últimos meses ya se han realizado varias pruebas piloto de pago mediante el móvil. En una de ellas, en Sitges, el año pasado, participaron 1.500 usuarios y 500 comercios. Según las encuestas posteriores, el 94 por ciento de los usuarios se mostraron satisfechos con la experiencia. Ayer, Telefónica y sus socios (BBVA, La Caixa, Bankinter, Samsung...) presentaron en Madrid la puesta de largo del sistema. Cientos (pronto miles) de los empleados de la compañía que trabajan en el Distrito C, la microciudad de la empresa en el norte de Madrid, utilizarán el móvil para acceder al edificio o pagar la comida, entre otras actividades diarias. «Esto no es un piloto. Es el principio de una revolución en nuestra vida», dijeron los ejecutivos de la compañía.
La línea de salida
La tecnología NFC (Near Field Communication) permite transmitir datos de forma instantánea e inalámbrica entre un móvil y un lector situado a unos diez centímetros. No sirven los actuales móviles (harán falta terminales que lleven el sistema incorporado) ni tampoco las tarjetas SIM (habrá que renovarlas). Sin embargo, el proceso parece imparable. Los fabricantes dicen que, ya en el segundo semestre de 2011, la mayoría de los móviles que salgan al mercado vendrán con tecnología NFC. Es más, según las estadísticas presentadas ayer por Guillermo Ansaldo, presidente de Telefónica España, en 2014 habrá en el mundo más de 260 millones de terminales NFC con los que se realizarán transacciones por valor de más de 80.000 millones de euros.
El objetivo de Bancos y operadoras es que se imponga una tecnología estándar. Por ello, Movistar, Vodafone y Orange firmaron recientemente un acuerdo abierto a otras operadoras para implantar el sistema NFC en España. Sin embargo, hay otros actores que aún no han hecho públicas sus intenciones. Sobre todo, Apple. ¿Cómo será el iPhone 5? ¿Tendrá un sistema de pago propio y cerrado?
Google también participa en esta batalla. Hace unos días, «The Wall Street Journal» publicó que la compañía del buscador participa junto a Citigroup y Mastercard en un sistema (parece que también NFC) que convertirá los teléfonos con software Android en una billetera electrónica.
De hecho, el aspecto de la pantalla del móvil se parecerá bastante a una cartera: podremos elegir con solo pulsar sobre un icono la tarjeta de crédito que queremos usar. En cuanto a la seguridad, Telefónica propone un doble pin, el de acceso al teléfono y otro para pagos superiores a 20 euros. «El pago será tan seguro o más que ahora, con las tarjetas», dicen los responsables del programa en el Distrito C.
Digitalizar las tarjetas
Cuando el sistema se generalice y tengan en su poder un móvil NFC, los usuarios deberán acudir a su banco o a su operadora de telefonía para digitalizar sus tarjetas de crédito en el móvil, y a partir de ahí elegir si las activamos para una operación o para varias, e incluir un segundo pin de seguridad para cantidades elevadas. También se podrá digitalizar la tarjeta de entrada al trabajo, el billete del bonobús, la entrada del cine...
...Y el DNI. En el pasado Mobile World Congress de Barcelona se presentó una aplicación aún en fase de desarrollo que permitirá utilizar el DNI electrónico de manera segura, trasladando los datos del eDNI a la tarjeta SIM de los móviles.
Decenas de objetos familiares pasarán a mejor vida si triunfa la avalancha de tecnología y dinero que van a poner sobre la mesa fabricantes, «telecos» y entidades bancarias. Todos parecen convencidos de que la tarjeta SIM de los móviles será el corazón de nuestra vida digital.
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