(CNNExpansión) — Lejos han quedado los días en que, para hacer una investigación, había que pasar largas horas en la biblioteca. Ahora los datos llegan por otros lados: Internet, Blackberry, iPhone, Twitter. Los amigos, e incluso las relaciones, se organizan en la red.
Este modelo de comunicación instantáneo (y hasta en 140 caracteres) tiene sus virtudes, por supuesto, pero también sus desventajas. El caso concreto son los jóvenes que, tras 24 horas de estar ‘incomunicados' por cualquier vía virtual (celulares, Internet) manifiestan ansiedad, estrés y mal humor, síntomas de adicción. Eso fue lo que detectó un estudio practicado a 1,000 estudiantes -entre ellos mexicanos- por el International Center for Media de la Universidad de Maryland, en Estados Unidos.
El deseo de vivir ‘en línea' todo el tiempo podría conducir a una nueva tendencia llamada "infoxicación". Al menos, ése es el término a través del cual el investigador de la ESADE Business School de Barcelona, Alfons Cornellá, describe lo que pasa cuando se recibe más información de lo que es posible procesar.
"Hay personas que no han acabado de atender un mail o un mensaje del chat en sus celulares, cuando ya están recibiendo otro y les produce ansiedad no poder contestar como quisieran en el momento, añadiendo ligas, etcétera. Llegan al grado de no prestar atención al estar frente a otra persona. Eso ya es común verlo entre jóvenes", comenta Ruth Espinoza, psicóloga por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
En lo laboral, algunos estudios refieren -por ejemplo- que entre más alto sea el puesto, hay mayor inquietud por estar ‘conectado', menciona Katia Villafuerte, directora de la licenciatura en Psicología organizacional del Tecnológico de Monterrey, campus Santa Fe.
Independientemente de la jerarquía del trabajo, la especialista reconoce que la adicción a Internet, en concreto, es una realidad en las empresas y afecta la productividad.
En Estados Unidos, relata, se ha encontrado que cerca de dos tercios de las firmas están disciplinando a los empleados en el uso de la red, sobre todo aquéllos entre los 20 y 30 años de edad. Incluso, un tercio de esas firmas ha tenido que despedir a sus empleados por su adicción a Internet. Y es que la conectividad también puede arrojar otras situaciones, como el cyber-bullying: empleados atacándose entre sí por Internet.
Comunicarse a través de mensajes, tweets, video juntas, entre otros mecanismos, llegó al grado de que la gente podría pasar más tiempo hablando virtual que presencialmente. En el libro Socialnets, José Antonio Redondo señala que las horas diarias dedicadas al uso de aparatos electrónicos se ha duplicado desde 1987, mientas que la interacción cara a cara ha caído de seis a poco más de dos horas.
"Hacia allá van las cosas. Como imaginar a un jefe o a un equipo de trabajo resolviendo imprevistos sólo por teléfono. Internet, messenger, chats, plataformas virtuales (...) todo eso ayuda a tener resultados más rápidos y sin perder comunicación. Pero hay que tener un control sobre estos medios", opina Espinoza.
Para el psicólogo inglés David Lewis, esa multiplicidad de medios e información puede ‘tensionar'. En su análisis Dying for information?, elaborado para la agencia Reuters, habla del concepto ‘Síndrome de Fatiga Informativa'. Lidiar con gran cantidad de datos libros, periódicos, correos, mensajes electrónicos (como sucede en el oficio periodístico, por citar un caso) podría generar, además de ansiedad, episodios de dudas en la toma de decisiones, entre otros aspectos, indica el autor.
Algunos entrevistados por esa agencia refieren que el estrés producido por manejar mucha información ha producido cierta tensión, por ejemplo, en sus relaciones personales.
"¿Cuántas veces no hemos visto a una pareja de jóvenes, en la que una de las partes no se despega de su teléfono ni para comer? Eso molesta, y lo mismo sucede cuando un jefe habla en una reunión y alguien del equipo no se despega del Internet para mirarlo", puntualiza Ruth Espinoza.
Es un hecho que la tecnología podría estar produciendo un cambio cognitivo vital. Pero no tiene por qué ser perjudicial. Ser multitask (multitareas) también implica ser bueno para procesar la gran carga informativa generada por Internet, y esa es una cualidad valorada por las empresas, aclara la psicóloga.
Además, la reacción a este tema "depende de la personalidad de cada uno", expresa Villafuerte. El profesionista susceptible al estrés puede sentir ansiedad por casi cualquier cosa, sea por sobrecarga de datos que deba procesar a través de la web, o por otros aspectos.
La especialista del Tec de Monterrey añade que quienes -de manera natural- entienden que deben cumplir con responsabilidades y competencias en su organización, aunque reciban muchos datos son capaces de manejar esto efectivamente y organizar sus tiempos.
De esa manera, permanecer ‘virtualmente' conectado puede tener sus ventajas. "Podría ser una especie de aliviador de estrés" porque en las oficinas (al menos en México) no se acostumbra que los empleados tenga un break (receso). Internet, entonces, ayuda un poco a relajarse de las presiones habituales", afirma Villafuerte.
Respecto a la adicción por permanecer en línea, la académica expresa que se trata de personas con cierto perfil de adicción; lo que se podría manifestar en ese medio o replicar otras áreas de su vida, como las compras y la comida, y es un tema que debe tratarse con especialistas.
Villafuerte detalla que el área de Recursos Humanos es quien debe estipular una estrategia sobre el uso de Internet. Pero lejos de restringir su uso a unos y permitírselo a otros, debe pensar en las formas que los empleados se conectarán, según su perfil laboral, necesidades de trabajo y de conexión. A ello se agrega que hay diversas herramientas que pueden incrementar la productividad del empleo, y requieren de Internet. Un ejemplo es la plataforma LinkedIn o los grupos privados de trabajo, creados en Facebook.
Hay organizaciones "donde los límites están muy bien indicados, donde en ciertos horarios ya no debes estar contestando correos". El tener una política muy específica, ligada a la cultura de la organización, es lo que permite sacar ventajas a esas herramientas, puntualiza Katia Villafuerte.
Fuente:CNNExpansion
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