La enorme cantidad de información que guarda un smartphone puede ayudar a conseguir información sobre un crimen. No sólo los archivos, como fotografías, vídeos o registros de llamadas que se guardan (y son más sencillos de borrar), sino datos de localización, o las fechas de las llamadas pueden implicar a alguien o confirmar una coartada.
Hace unos meses se descubrió que los teléfonos de Apple almacenaban información de la localización de sus dueños sin que estos lo supieran. Aunque la compañía ya lo solucionó con una actualización de su sistema operativo, muestra cómo los teléfonos almacenan más datos de los que creemos.
Y estos datos, en ocasiones, pueden ayudar a resolver un crimen. A veces es algo sencillo de encontrar, como una grabación o una fotografía incriminatoria, pero en otras ocasiones es necesario un gran trabajo para conseguir estos datos.
En cualquier caso, lo primero que hay que conseguir es acceso físico al teléfono. Este se puede conseguir sin necesidad de una orden judicial, al menos en Estados Unidos, si hay una causa probable, es decir, si hay una sospecha razonable de que un crimen se ha cometido. No obstante, si se quiere investigar un teléfono acudiendo a alguna empresa especializada, hay que tener en cuenta que no será legal a menos que se sea el dueño del mismo.
Después, es necesario asegurarse de que los datos se conservarán. Para ello, según explica Tracey Stretton, asesora legal de la compañía especializada en recuperación de datos Kroll Ontrack a PC Pro, lo más importante es quitar la tarjeta SIM. De este modo, se evita que los datos puedan eliminarse de forma remota. Después, puede analizarse la información que tiene el teléfono.
Pero en algunos casos esta información no es sencilla de obtener. Prácticamente cada cosa que se hace con un smartphone queda registrada de alguna forma. Llamadas, acceso a la Red, uso de algunas aplicaciones… Si se consulta con el proveedor de servicio, será fácil conocer las horas y el lugar desde el que se hicieron, lo que puede servir para situar a un posible criminal en un momento determinado.
De hecho, hasta la acción más simple puede suponer un almacenamiento de información. Phil Ridley, analista de CCL-Forensics, también fue consultado por PC Pro y explicó que cuando se rota un teléfono como el iPhone y la pantalla cambia su posición, en realidad se está haciendo una especie de captura de pantalla. “Si rotas el dispositivo, hay una foto en algún lugar de ese teléfono”.
Por último, también es importante recordar que las aplicaciones no son siempre lo que parecen. Hace poco, Apple retiró de la App Store una app que almacenaba contraseñas. Aunque lo hacía de forma anónima, da una idea de lo que puede hacer una aplicación sin que el usuario tenga conocimiento.
Fuente:ticbeat
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