Tecnología pone en aprietos a librerías

(CNNExpansión) — Los libros son un instrumento crítico en la transmisión de conocimientos, que permiten experiencias únicas y estimulan nuestra imaginación, sin embargo, el sector de negocios de las librerías está enfrentando actualmente cambios importantes en los entornos económico, tecnológico y cultural.

Borders, la segunda cadena de librerías en los Estados Unidos, es la primera víctima importante. La compañía informó el 11 de febrero un plan de restructuración, el cual involucra cerrar 200 de sus 674 tiendas y eliminar miles de empleos, además de considerar aplicar al capítulo 11 para empresas en bancarrota (The Huffington Post, 2011).

En primer lugar, la crisis económica global está generando un mercado en el cual los consumidores estadounidenses tienen un presupuesto más limitado en comparación con años anteriores, por lo que la compra de libros no figura entre sus prioridades. 

Asimismo, la compañía conservó un modelo de negocios fuertemente centrado en librerías físicas, con altos costos de inventarios. En consecuencia, la librería presentó serios problemas de liquidez y empezó a no contar con los recursos necesarios para ser un competidor viable, (Smith, 2011). Es por ello que Borders, en las siguientes semanas, cerró sus tiendas menos rentables, con problemas en estructura de costos y viabilidad de ubicación.

En segundo lugar, el modelo de negocios de la firma no incorporó las nuevas tendencias tecnológicas. Hasta hace un par de décadas, era común acudir a una librería, hojear los libros y entonces comprarlos. Actualmente, los consumidores están comprando libros por Internet, donde pueden encontrar mejores descuentos, o bien están descargando libros electrónicos, los cuales tienen menores precios.

La venta por Internet ha facilitado la compra de textos debido a que los consumidores los reciben directo en el hogar. En el caso de las descargas de materiales, muchos consumidores están optando por comprar libros digitalmente y traerlos en su iPad, argumentando que digitalmente pueden llevar consigo un mayor número de obras que los que podrían cargar físicamente (Anderson, 2011).

Los consumidores son más innovadores; en consecuencia, librerías tradicionales como Borders perdieron competitividad. La empresa se incorporó tardíamente a esta tendencia con la introducción el año pasado de su lector electrónico de libros digitales Kobo en el mercado canadiense. En contraste, el líder del mercado en librerías físicas, Barnes & Noble, se adaptó más rápidamente con la introducción de su lector electrónico de libros digitales Nook en 2009 y fuertes inversiones en su tienda virtual. Sin embargo, el lector de libros digitales Kindle de Amazon tiene dominado este nuevo mercado. 

En tercer lugar, el entorno cultural de los consumidores se modificó radicalmente y la compañía no respondió a este cambio. Las librerías de Borders se convirtieron en un lugar para socializar.

Las personas acudían a las librerías para encontrar a sus amigos y tomar el café, podían hojear las obras, incluso leerlas, sin comprarlas, considerando una decisión absurda la compra del libro al tener un fácil acceso a la lectura de los mismos dentro de la tienda (The Economist, 2011).

Estas librerías eran un lugar gratis para pasar un rato agradable en una atmósfera relajada, se encontraban dentro de centros comerciales y formaban parte del estilo de vida de las personas. Por lo tanto, la compra de libros pasó a un segundo término en librerías con este formato. 

No obstante, la desaparición de librerías físicas trae consecuencias al sector de negocios de las editoriales. El 19 de julio Borders anunció el cierre definitivo de sus librerías como consecuencia de una restructuración fallida.

Anteriormente, los autores que lanzaban al mercado un nuevo texto acostumbraban ir a ese lugar para darlo a conocer y al mismo tiempo dar autógrafos. Esta actividad no será posible realizarla en el modelo de negocios a través de Internet. Aquellos consumidores que acostumbraban ir varias veces al mes, incluso a la semana, o los que realizaban la visita a Borders como parte de su viaje al centro comercial, ahora sentirán un cambio en su estilo de vida, un cambio en su rutina.

Además habrá un impacto importante en algunos condados de los Estados Unidos donde el negocio era la única librería existente, el único recurso que la población tenía a su alcance, ahora esos consumidores ya no tendrán dónde adquirir obras, y lo que es más, se sentirán desincentivados hacia la lectura.

Finalmente, Borders es una advertencia que las compañías editoriales y librerías de los Estados Unidos, Europa y México no deben ignorar. Quizás las próximas generaciones no estén interesadas en vivir la experiencia de visitar una librería física, hojear los libros y comprar alguno de su interés. Sin embargo, la necesidad de transmisión de conocimientos así como vivir una experiencia única a través de la lectura y la estimulación de nuestra imaginación no deben desaparecer, sólo transformarse.

Fuente:CNNExpansion

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