Suele suceder y es una sensación inexplicable para quienes lo experimentan. Y es que cuando te das cuenta de que estás enamorado de tu mejor amigo, parece que el mundo se viniera a tus pies. En segundos surgen miles de incógnitas en búsqueda de una solución a lo que parece ser un gran problema existencial.
El miedo a perder a esa persona tan especial en tu vida es el primer efecto que produce esta noticia. Esta fue la reacción de Dana, una joven de 29 años, cuando Alfonso, su mejor amigo desde hace 13 años, le confesó que estaba enamorado de ella. Una ola de emociones asaltó su tranquilidad: sus manos empezaron a sudar. No tenía un espejo en frente, pero sabía que hasta el semblante le había cambiado.
La primera reacción en respuesta a la confesión de amor, fue lanzarle lo primero que tenía en mano. No podía creer que su gran amigo, de sexto grado la miraba como una mujer. Se molestó con él por confesarle su amor y le reclamó que por ese sentimiento la relación que cosechó con tanta hermandad no volvería a ser la misma.
No es fácil afrontar ni digerir que el lazo de amistad se convirtió en un nuevo sentimiento: amor. El comportamiento tiende a variar y se vuelve más cauteloso para no demostrar más o menos interés.
Ante esta situación, la comunicación es la mejor herramienta a la que pueden acudir las personas para evitar que la relación se dañe de por vida. El inconveniente se presenta cuando no es usada debidamente.
Dar el paso
Esta fue la opción que tomó Dana. Asegura que en su caso fue la mejor decisión y gracias a ello ahora disfruta de una relación completamente feliz y sana. Su pareja es su mejor amigo: la persona que conoce mejor que nadie sus virtudes, defectos, y quien los sabe tolerar y valorar. Esta quizás es la mejor fase, esta experiencia es recopilar cada uno de los detalles que los conllevó a unir sus vidas en pareja.
En el caso de quien no es correspondido la suerte es distinta. Hay dos caminos: no dar el paso y querer en silencio para conservar la amistad o alejarse de por vida del amigo que ama.
Una vez que se tiene un romance es difícil volver a ser amigos como si nada hubiese pasado. Ya tu confidente no es el mismo. Esta son razones poderosas que frenan tanto a hombres como a mujeres confesar sus verdaderos sentimientos.
Establecer comunicación
La comunicación puede ser verbal y no verbal. Las miradas, sonrisas y gestos faciales también comunican y hasta pueden ser los mejores métodos de persuasión que una persona puede usar para conquistar a otra.
Cuando son amigos se hace más fácil si se sabe usar toda la información que se sabe de la otra persona.
La práctica del diálogo es esencial. Sobre todo cuando se conversa de una forma sana, donde cada uno pueda expresar libremente lo que siente y como se siente. Cuando la comunicación es fluida todos los canales al amor se abren.
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