Desarrollar una aplicación es complicado, pero muchas veces tener un buen producto no es suficiente para conseguir colocar a la app en la que se ha trabajado en los primeros puestos de las listas de descargas de la tienda de aplicaciones de turno. Ni siquiera para conseguir unas cuantas descargas. Es preciso saber buscar las oportunidades para posicionar la app en el mercado.
Sobre eso, sobre cómo posicionar en el mercado el producto final, ha hablado Claudio Cossio, de Smartup.es, en una charla-lección en la sala Campus de la Red Innova, que acaba de ser clausurada en Madrid. Cossio ha empezado por explicar cómo mover el producto en redes sociales puede ser un paso para conseguir posicionar a la app. La teoría sobre cómo llegar a los marcadores de tendencia (y cada paso de la comercialización precisa de unos usuarios con un perfil en redes sociales distinto) queda más clara echando mano del ejemplo: Cossio explicó cómo escalar con éxito la cobertura en social media de la app empleando Dable como lección magistral.
Para ellos, explicó, los desarrolladores tienen que tener a una persona atenta a sus quejas y necesidades, que haga un seguimiento de las posibles incidencias. El siguiente paso, de los 100 a los 500 usuarios, tiene que ser orgánico, sin ser forzado por los desarrolladores. El último para conseguir el éxito, de 500 a 1.000, requiere un esfuerzo: hay que hacer muchas cosas offline, mucho ruido, que potencie la marca y se oiga hablar de ella. Dable, apuntaba, partició en una conferencia en Estados Unidos que, aunque sale cara, les dio visibilidad en medios de comunicación potentes estadounidenses.
Pero, además de cuidar cómo lanzar el producto, hay que tener claro para qué sirve el mismo. Cossio lo dejó claro: la aplicación tiene que cubrir una necesidad porque sólo así se podrá conseguir el éxito.
Nadie usa una app por obligación. Si no te convence o no da resultados, “la borras”. Cossio recomendó pensar todo el tiempo en la persona que va a consumir esa app y en lo que va a necesitar: “empezar con el individuo y escalar a la masa”. “Piensa primero en el individuo, en cuando la está usando y cómo, en qué lo está desatrayendo”, apuntaba. “Si está desayunando, si la usa a las 7 de la mñana, te tienes que poner en ese contexto y lo tienes que analizar”, recomienda. Hay que pensar si lo que en ese momento le ofreces es o no relevante.
Igualmente, Cossio recomienda dar al usuario la oportunidad de exteriorizar sus datos. “No te puedes quedar tú con toda la información”, apuntó. “Queremos sentirnos bien cuando utilizamos una app”. La gente busca algo emocionante en el uso de una app. Foursquare es, aseguró, un ejemplo perfecto de todo esto: externaliza las notificaciones, las pone en un contexto y da información sobre la gente.
Pero no sólo se trata de sacar la información de la app y permitir al usuario jugar con ella, sino también cooperar. “El futuro va a ser el crossapp development”, vatición. “De los módulos de tu aplicación va a haber mashups”. Abrir la aplicación a otros desarrolladores será igualmente una manera de potenciar el boca a oreja. Y su ejemplo de caso de éxito aquí es Siine, cuyos desarrolladores se preguntaron cual era la razón por la que la comunicación no podría estar basada en iconos y lo abrieron a las apps. “Lo importante es que ellos vieron la tendencia”, explica. “Tienen que ser modulares para poder sobrevivir a los próximos cinco años, o incluso tres”.
Y todo esto tiene que verse en el resultado final. “Tienes que darles una alegría, una emoción”, concluyó Cossio. “Nos pasamos demasiado tiempo delante de una pantalla de ordenador” “Sigue faltando entretenimiento, que no es lo mismo que gamificación”, alertó, recomendando que ese producto final “sea cómodo”
“El hacer una buena aplicación no lo es todo. Siempre dependes de una persona”, aseguró. “Al final, la movilidad tiene que ser humana”.
Fuente:ticbeat
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