(CNN) — Mark Zuckerberg no corre riesgo de perder su trabajo, pero eso no significa que pueda salvarse de las recientes críticas por su liderazgo.
Facebook ha tenido unos difíciles primeros tres meses como compañía pública. La acción de la red social ha tenido un desempeño pobre desde que
salió a la bolsa en mayo, y el lunes pasado cayó a un mínimo histórico de 18.75 dólares, menos de la mitad del precio inicial de la acción de 38 dólares.
Los inversionistas buscan culpar a alguien por el decepcionante desempeño de Facebook en la bolsa, y el objetivo obvio es Zuckerberg, fundador y director ejecutivo de la empresa.
El
emprendedor de 28 años construyó Facebook a partir de un proyecto universitario y lo convirtió en una compañía con 900 millones de usuarios mensuales que tuvo ingresos de 3,700 millones de dólares y una utilidad de mil millones de dólares el año pasado.
Pero debido a que la acción cayó de nuevo esta semana, algunos críticos han preguntado públicamente si el "niño maravilla" de Facebook tiene la madurez necesaria para navegar el mundo corporativo.
En una frase muy repetida que refleja la división entre el ámbito formal de Wall Street y la cultura relajada de los emprendimientos digitales o startups, una analista se cuestiona si Zuckerberg “ya superó su hoodie (sudadera con capucha)”.
“Es un sujeto brillante. Es el visionario detrás de su compañía. Pero… no tiene madera para ser CEO”, le dijo a CNN la columnista de Newsweek, Joanne Lipman.
Ahora Zuckerberg debe reconstruir la confianza de los inversionistas y empleados. Algunos analistas piensan que el joven debería decir qué es lo que exactamente pretende conseguir Facebook.
“Es su responsabilidad; es su obligación lidiar con los inversionistas”, dijo Michael Pachter, analista de Wedbush Securities. “No estoy seguro de que le importe lo suficiente, y creo que las directivas van a hacer los que el CEO les diga que hagan”.
El paso de programador a director de las relaciones con los inversionistas puede no haber sido algo natural para Zuckerberg, quien ha enfatizado en varias ocasiones que Facebook no empezó como una compañía, y que su objetivo es enfocarse en el producto antes de conseguir ganancias.
“No construimos servicios para hacer dinero; hacemos dinero para construir mejores servicios”, dijo en una carta a los inversionistas antes de salir a la bolsa.
Pero desde
su oferta pública de venta, la compañía no ha presentado nuevos grandes productos.
Una causa de los problemas accionarios de la empresa, según Pachter, es que cambió su estrategia entre su oferta pública de venta y los primeros ingresos, incrementando significativamente los costos de operación. La gran mayoría de los ingresos de Facebook viene de la publicidad, pero la compañía no ha explicado en detalle en qué se gasta lo que recibe, y tampoco cómo o cuándo esas inversiones se traducirán en utilidades.
Una falta de transparencia puede crear incertidumbre, lo que causa que las personas dueñas de acciones las vendan y que las personas inclinadas a comprar esperen hasta tener más información, dijo Pachter.
“Los inversionistas no saben qué pensar sobre Facebook, probablemente porque no lo usan”, dijo Brian Solis, analista de Altimeter Group, y especula que los inversionistas típicos probablemente están en LinkedIn. Solis también cree que se necesita más información de parte de Zuckerberg para darles fe a los inversionistas.
Incluso los accionistas que entienden por completo el modelo de negocio de Facebook, están abandonando el barco. La moral de la compañía sufrió un gran golpe esta semana cuando el capitalista de riesgo Peter Thiel, miembro de la junta y uno de los primeros inversionistas de Facebook, vendió la mayoría de sus acciones, con lo que sumó un total de más de mil millones de dólares de ganancias provenientes de Facebook.
La falta de confianza de los accionistas exacerba otra gran preocupación de Wall Street: Facebook emitió muchas acciones para empezar. Los periodos de bloqueo –reglas que previenen que los primeros inversionistas y empleados vendan sus acciones por un tiempo determinado después de la oferta pública de venta- están empezando a vencerse, lo que les permite a personas como Thiel vender sus acciones.