Melanie Pérez Arias, una bloguera venezolana que en Twitter se identifica como @ninaccs y tiene más de 1.200 seguidores, afirma que fue víctima de un robo de tuits, publica BBC Mundo.
Antonio Fernández Nays/ Especial para BBC Mundo
“La nueva novia de mi ex solía robarme los tuits y hasta los hashtags descaradamente. Un día revisé su timeline y descubrí tuits míos que hacía meses los usaba como propios”, le contó Pérez Arias a BBC Mundo.
El asunto tal vez puede parecer curioso si se trata de un problema de carácter sentimental, pero si se mira desde la perspectiva de los derechos de autor, la cosa cambia.
Sobre todo si el supuesto robo se emplea para estrategias de marketing, ganar seguidores o promocionar sitios web.
El más reciente informe de transparencia de Twitter, publicado en junio de 2012, precisa que la empresa se vio en la necesidad de suprimir 5.275 mensajes y 599 archivos multimedia por violar derechos de autor.
Los términos de uso de la red social plantean: “El usuario se reserva los derechos de cualquier contenido enviado, publicado o presentado a través de los servicios”.
La persona que se inscribe concede la licencia a Twitter para que el contenido sea utilizado por cualquier otro usuario, pero el sitio de microblogging advierte: “Lo que es tuyo es tuyo, tu propio contenido (y tus fotos son parte de ese contenido)”.
Cambios en la norma
En octubre, la empresa difundió la nueva política sobre copyright en la red. Antes sencillamente eliminaban los tuits.
Jeremy Kessel, abogado del departamento legal de Twitter, le dijo a BBC Mundo que ahora el tuit denunciado es bloqueado y se lo sustituye con el siguiente mensaje público: “Este tuit de @usuario ha sido retenido por violar las normas de derechos de autor”.
Los contenidos que se consideran sujetos a los derechos de autor son imágenes, enlaces a un sitio propio y videos propios.
Luis Carlos Díaz, ciberactivista y docente de nuevas tecnologías con más de 23.000 seguidores, dice que a él también le han robado contenidos en Twitter en numerosas ocasiones.
“Suele ocurrir con frases populares o pegajosas, sobre todo con los nuevos usuarios de Twitter que ignoran la normativa. Pero la sanción más efectiva es la moral, decirles a tus amigos en la red social que @fulanito te está robando tuits, para que le dé vergüenza”, le comentó Díaz a BBC Mundo.
Díaz cree que el problema se debe en gran medida a un contexto en el que ni se incentiva ni se reconoce la creatividad.
“La cultura de usuarios de Blackberry, por ejemplo, donde reenvían cadenas sin autor, a veces se traslada a Twitter, donde creen que pueden hacer lo mismo”, dice.
“Hay que explicar cómo funcionan las cosas”, añadió el ciberactivista, que celebra la nueva política de Twitter en materia de derechos de autor “porque la idea no es cerrarle la cuenta a alguien”.
Y “ladrones” los hay descarados: una cuenta con el nombre @tuitsrobados, que apenas tiene 14 seguidores, indica en su minibiografía: “¡Arriba las manos, esto es un tweet-asalto!”. Sin embargo, este tipo de actividad no ha tenido éxito: en su timeline no refleja actividad alguna.
Otra cuenta denominada @tweetsrobados tiene 29 seguidores, con 166 “robos”, que en realidad son retuits, algunos sin atribuir autoría.
La cuenta-aplicación @favsat recoge tuits populares o que la gente ha marcado como favoritos, pero se niega expresamente a publicar contenido copiado.
En inglés
Estados Unidos encabeza la lista de países donde se incurrieron más violaciones, con 849 casos, seguido por Japón con 98 denuncias, y Canadá y Reino Unido, cada uno con once quejas.
En los países de habla hispana, España aparece en el informe con diez eventos relacionados con copyright, al igual que Perú.
Enrique San Juan, un experto en redes sociales que admite no conocer en profundidad el tema de derechos de autor, le dice a BBC Mundo que el grado de usurpación de un tuit “siempre está claro, porque con revisar el timeline se determina quién fue el primero que envió el mensaje”.
En opinión de San Juan, el único interés que podría despertar apropiarse de un tuit ajeno es “que sea muy bueno”, para lo cual su autor ha de ser alguien con muy buen criterio, y capacidad de síntesis de una idea genial y para captar el interés de una audiencia determinada.
Si además el tuit lleva un enlace, que resta espacio a los ya limitados 140 caracteres, el asunto es más difícil. “Es muy poco lo que se puede copiar”, añade San Juan, también director de la empresa Community Internet, con sede en Barcelona.
Incluso podría tratarse de un “ladrón fino”, que con mucha sutileza intenta reproducir un buen tuit con fines comerciales.
Pero, según San Juan, tampoco tiene mucho sentido por la propia volatilidad de la red social: “Uno camina por el bosque y escucha muchos pájaros; es como querer apropiarse del trino de uno de ellos”.
0 comentarios:
Publicar un comentario