RIM se daba un duro golpe esta mañana, otro más en el tiempo que lleva reestructurando su empresa desde las bases. RIM ha caído mucho, pero para levantarse, las pérdidas de RIM surgen del sentido común: no están ingresando tanto dinero como antes y están gastando auténticas barbaridades de dinero en investigación y desarrollo, dejando algo ahorrado para la publicidad que Blackberry 10 necesitará. Es hacer una apuesta de trayecto largo, pero acertada. Reinventar un sistema que se creó en 1999 no es tarea sencilla.
Thorstein Heins, CEO de RIM, pone el éxito de su nuevo sistema en los gestos, en que los botones son superfluos. Y así me lo demostró Jorge Casar (evangelista de RIM que hace muy bien su trabajo) en el Congreso RITSI. Sobre todo me impresionó cómo desde el estado de bloqueo accedía a casi todas las acciones posibles con un simple swype, o cómo las notificaciones estaban siempre visibles en una “capa” por debajo del resto de aplicaciones, descubierta por un swype hacia la derecha. Mi experiencia, aún sobre un dispositivo para desarrolladores sólo afirma lo que Heins dice: “sólo hará falta un minuto en una tienda para ganar un comprador”.
Y más les vale que la confianza de su CEO en Blackberry 10 sea la misma que el mercado deposite en la nueva plataforma este 30 de enero de 2013. La pregunta, sin embargo es más complicada, ya que el éxito de Blackberry no sólo depende del potencial de la plataforma en sí, sino de su ecosistema (en lo que están poniendo un gran esfuerzo con las BB Jam Sessions), y de si realmente el público está dispuesto a aceptar otro sistema operativo móvil más o ya está saturado el mercado.
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