Los países marcados en verde oscuro serían los más desconectables.
A principios de año, les hablábamos del insólito caso de Venezuela, donde el dominio .ve se "desconectó" del mundo, y por lo tanto nadie fuera del país pudo por dos horas acceder a páginas con esa terminación.
Aunque en este caso la desconexión fue debido a un fallo técnico, también hemos visto otros casos con trasfondo político como el apagón de la internet durante las revueltas en Egipto o el conflicto en Siria.
¿Qué factores determinan que un país sea más o menos deconectable de la red?
La cuestión, como van a ver a continuación, no es tan sencilla. Ya que potencialmente somos casi todos desconectables y son determinados factores físicos, políticos y económicos son los que marcan la diferencia.
Descentralización de la red
La firma de análisis de internet estadounidense Renesys, difundió recientemente un mapa que clasifica a los países según su grado de desconectabilidad de la red, basándose el número de proveedores de servicio.
La lógica es sencilla: un país donde la internet es fuertemente regulada cuenta con uno, o como mucho dos, compañías que gestionan la entrada y salida de datos desde el exterior, lo que facilita al gobierno la tarea de apretar el botón de apagado si es necesario.
De acuerdo al mapa, entre los países de "alto riesgo" de la región figuran Cuba, Guyana y Surinam, seguido de los países de "riesgo significativo como Uruguay, Bolivia y Paraguay.
Aclaramos que con esto no se quiere decir que los países citados tengan gobiernos que quieran apagar la internet, pero sí que su nivel de centralización del servicio los hace más sencillos de desconectar.
Además, también los convierte en un objetivo fácil de ataques cibernéticos, al sólo tener que atacarse un número limitado de infraestructuras
En América Latina
Cuantos más cables internacionales hay más difícil es técnicamente desconectar la internet.
En el caso latinoamericano, explicó a BBC Mundo Doug Madory de Renesys, "Cuba es el mejor documentado al no contar con cable submarino en la isla".
Con el cable submarino ALBA entre Venezuela y Cuba inaugurado en febrero de 2011 se espera revertir esta situación, pero el sistema todavía parece necesitar una mejora de la infraestructura de cableado en la propia isla.
En el caso de Bolivia y Paraguay, aclaró, el problema es que "tienen opciones limitadas para conectarse a los cables submarinos vía Chile y Argentina, respectivamente.
Y en el caso de Uruguay, su desconectabilidad se debe al hecho de ue el suministro del servicio está fuertemente dominado por la empresa estatal ANTEL, única proveedora de ADSL. Razón por la cual Uruguay tiene los precios de internet más altos de la región.
En Venezuela, destacó Madory, pasaría algo parecido, dada la cuota de mercado abarcada por la empresa estatal CANTV, aunque el país cuenta con más proveedores y por eso ha sido clasificado como país de bajo riesgo.
Normativas nacionales
No obstante, destaca por su parte Jorge Pérez Martínez, profesor del departamento de ingeniería informática de Universidad Politécnica de Madrid, estas mediciones son correctas en un sentido técnico pero falsas en cuanto al gobierno de la red.
"Si alguien quiere apagar la internet, digamos al 80% de los usuarios, lo puede hacer con facilidad. La mayor parte de los usuarios acceden a la red a través de los ISPs que deben cumplir las normativas nacionales", explicó.
"Es cierto que esto es más difícil conforme más nodos internacionales de acceso hay, ya que habrán unos controlados por el gobierno, pero también muchos ‘agujeros’, como las redes de empresas privadas y comunicaciones por satélites que escapan al control".
"Apagar el internet del todo es muy difícil, porque siempre existe algo que te permite escapar", apuntó.
Demasiado costoso
Desconectar la internet de un país por largo tiempo sería demasiado costoso.
Aun así, afirma Pérez, el problema de desconectar la internet va más allá de la técnica y la política, sino más bien con la economía.
"Si países como China no apagan la internet es porque el costo de hacerlo es muy alto. Es por ello que no vemos apagones de verdad en situaciones de conflicto", aclaró.
"Paralizas la economía, a partir de ahí no se pueden enviar correos electrónicos desde empresas, así que lo que salva a internet es su externabilidad. Se pierde tanto desconectándolo que no vale la pena".
Eso sí, destaca Pérez, si hubiera que identificar un lugar para desconectar la red global, ese sería sin duda el estado de California, en Estados Unidos.
"Los recursos críticos están en manos de una fundación sometida a la legislación de California, ni siquiera de Estados Unidos. Amparados por un contrato y un sitio donde está la gente con mochilas, y técnicos".
"Eso es lo bueno que tiene la internet, nació así y se ha impuesto".
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