Este fenómeno típico de la era de Internet, como el de los rumores virales, se produce cuando alguien o una institución intenta silenciar alguna información –puede ser un vídeo, una foto, un tuit...– y consigue el efecto contrario: circula mucho más que si no hubiera recibido esa publicidad involuntaria. Su nombre se debe al caso sonado que protagonizó la actriz y cantante Barbra Streisand cuando pretendió retirar una imagen aérea de su mansión californiana en 2003. Por supuesto, lo que hizo fue despertar el interés del público.
La lista de sucesos atribuibles al efecto Streisand es larga: desde la crisis de las caricaturas de Mahoma, que trascendieron ampliamente la audiencia danesa a la que estaban originalmente destinadas, hasta las célebres fotos de las hijas de Zapaterocon los Obama en 2009.
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