En el universo de Twitter, con 242 millones de usuarios y más de 500 millones de mensajes diarios, las opiniones abundan, pero cuando una predomina difícilmente cambia, según un estudio que publica la revista Chaos.
Un par de investigadores de China se ocupó de la forma en que Twitter, con sus mensajes de 140 caracteres, moldea la opinión pública, y encontró que en las primeras etapas desde que los “tuiteros” se ocupan de un asunto, sus opiniones fluctúan mucho.
Luego la dinámica se torna más lenta y, después de un período relativamente breve, la opinión pública en Twitter se consolida en torno a un criterio.
Fei Xiong, disertante en la Universidad Jiaotong de Pekín, y el profesor Yun Liu recolectaron unos seis millones de mensajes transmitidos en los primeros seis meses de 2011.
Luego tamizaron los mensajes a través de algoritmos en computadoras que los clasificaron por tema (por ejemplo “iPhone4″, o “blackberry”), y analizaron después los sentimientos subyacentes de los “tuiteros” a medida que evolucionaban en el tiempo.
La revista Chaos, que tiene el subtítulo de “publicación interdisciplinaria de ciencia no lineal”, afirma que se dedica a “incrementar la comprensión de fenómenos no lineales y la descripción de manifestaciones de forma comprensible a investigadores de una amplia gama de disciplinas”.
Las conclusiones a las cuales llegaron Fei y Yun podrían ser útiles, por ejemplo para quienes manejan las campañas de publicidad de políticos o empresas.
Los investigadores chinos encontraron que la opinión pública en Twitter evoluciona rápidamente y se empareja, también rápidamente, en una opinión que deriva por el respaldo de grupos cada vez más grandes.
También encontraron que aún cuando emerge una opinión dominante ésta no logra un consenso completo. Fei señala en el artículo que los “tuiteros” que sostienen una opinión minoritaria no son muy propensos a cambiarla aunque enfrenten la oposición de una gran mayoría.
Dado que las opiniones se emparejan y conforman un estado ordenado en un corto tiempo, dijo Fei, las ventajas pequeñas que una opinión gane en las primeras etapas puede convertirse en una ventaja mayor durante la evolución de la opinión pública.
El estudio también encontró que los “tuiteros”, en general, son mucho más propensos a empeñarse en el cambio de las opiniones ajenas que a admitir variaciones en las propias.
Los investigadores descargaron “tuits” para este estudio con la aplicación de interfaz de programación de Twitter a fin de obtener una muestra aleatoria de todos los datos que luego se clasificaron por tema.
Si bien este estudio en particular se hizo hace más de dos años y ahora hay muchos más “tuiteros” en el mundo, los investigadores creen que los resultados serían similares si se analizara hoy un nuevo conjunto de datos.
“Los candidatos políticos y las grandes empresas podrían beneficiarse con el análisis de las características y patrones de comportamiento de sus simpatizantes y adversarios, explorando las medidas que pueden tomar para influir la opinión pública”, concluyó Fei. EFE
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