La buena noticia es que muchas compañías de banda ancha están mejorando su servicio. Muchos proveedores de cable ofrecen velocidades de rayo para conexión a Internet, pero si tu router no está configurado correctamente, incluso Google Fiber puede sentirse lenta.
WiFi es una tecnología caprichosa, y un simple descuido puede impactar negativamente en la velocidad de navegación.
Por desgracia, modificar la configuración del router es engorroso. Pero muchos vienen con aplicaciones que te aligeran el proceso.
Si eres valiente y resuelto, estos son cinco consejos para hacer tu WiFi más rápido.
1) Selecciona el canal y la frecuencia correctos
¿Sabías que tu router Wi-Fi tiene canales? A veces, sólo cambiando el canal en el router hace un mundo de diferencia, sobre todo si vives en un edificio de apartamentos con mucha interferencia de otras señales WiFi. Otras tecnologías como los teléfonos inalámbricos y los microondas pueden interferir también con la conexión.
Prueba los canales 1, 6 o 11. Si eso no funciona, prueba el 2 o el 10. Ensaya con todos hasta que se sientas que tus velocidades están mejorando.
Los routers modernos también operan en diferentes frecuencias: 2.4 GHz y 5 GHz. En términos generales, 2.4 GHz es mejor para los hogares más grandes con varias plantas, ya que la señal viaja más lejos y puede penetrar más fácilmente a través de las paredes. Pero para habitaciones o casas pequeñas, 5 GHz es la mejor opción: ofrece velocidades mucho más rápidas, aunque de menor alcance.
2) Coloca el router en su posición ideal
Piensa en un lugar alto y céntrico. Un estante elevado en el centro de una habitación es el mejor lugar para colocar tu router.
Si tu enrutador tiene antenas, y necesitas que la señal atraviese una pared, posiciona las antenas en ángulos rectos de manera que apunte justo a la pared. Las señales que viajan a través de las paredes en ángulo no recto pueden reducir considerablemente las velocidades de conexión WiFi.
Además, es importante adaptarnos a nuestro entorno; la altura del techo, el tamaño de la habitación y algunos materiales pueden afectar negativamente las velocidades de conexión inalámbrica. Mantén alejado el router de muros gruesos de ladrillo o cemento.
Pero los mayores enemigos del WiFi son el agua y las ventanas. Las tuberías cercanas e incluso las plantas (hay agua en todas esas hojas) pueden hacer que el avance a paso de tortuga. Las superficies reflectantes pueden hacer que las señales reboten en ángulos extraños.
3) Protege tu router
Ponerle una contraseña al router o limitar los dispositivos que pueden acceder a tu red impedirá que los chupa-WiFi ralenticen tu conexión. Además, hay otras buenas razones para proteger tu router aparte de conseguir conexiones más rápidas. ¿La seguridad no te importa?
4) Consigue el router más reciente
¿Está utilizando el router que te dio tu compañía de cable? ¿Compraste tu router hace 8 años? Es probable que no estés utilizando la mejor tecnología.
Los nuevos modelos tienen tecnología inteligente que puede enviar señales directamente a los dispositivos (en lugar de emitir señales a lo tarugo por toda la habitación). Ofrecen velocidades más rápidas, múltiples frecuencias y tecnologías inteligentes para el hogar que detectan a cuál de tus tropecientos dispositivos conectados hay que darle prioridad (por ejemplo, cualquier dispositivo en el que estés usando Netflix).
5) Compra un amplificador de red
Estos aparatos se conocen como ‘extender’ y son más baratos que un router nuevo, aunque tampoco son una ganga. Los extensores de red pueden llevar la señal a esos rincones difíciles de tu casa. Incluso puedes utilizar routers antiguos como un extensor de red si tienes alguno por ahí.
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