Esta fobia, que genera una situación de estrés permanente, provoca, al intentar conscientemente no quedarse dormidos nunca, un deterioro del organismo así como un menoscabo de la salud mental del individuo.
Las personas que sufren de somnifobia tienen una serie de síntomas muy concretos: respiración entrecortada, sudoración, falta de aire, sensación de pánico, temblores, somnolencia, palpitaciones o náuseas.
Este miedo a dormir puede presentarse a cualquier edad y las causas pueden ser muy variadas. Las personas con apnea, pesadillas o terrores nocturnos o aquellas que han sufrido experiencias negativas asociadas al sueño son las más proclives a sufrir este trastorno del sueño.
0 comentarios:
Publicar un comentario