Como tantos otros niños, la pasión de Kim por construir cosas nació con el Lego. Pero a diferencia del resto de chavales que abandonan su afición cuando llegan a la edad adulta -o a eso que se denomina erróneamente sentido común-, lo que Kim dejó fueron sus estudios universitarios -de Biología y Física- para trabajar como mecánico en un taller. Lo suyo era montar cosas. Dar forma a proyectos y, por qué no, reinventar el transporte humano. Antes de fundar Lit Motors Daniel emprendió un viaje en solitario alrededor del mundo en 12 meses que le llevó a visitar 106 países, de donde regresó con una evidencia -la mayoría de la gente en el planeta se mueve con vehículos de dos ruedas- y una visión: él iba a encargarse de fabricar el medio de transporte del futuro.
Decidido a llevar adelante su proyecto, Kim regresó a la universidad y se licenció en Diseño y Transporte sostenible. Allí nacieron los primeros bocetos de la motocicleta eléctrica que ha situado a Lit Motors en el mapa de empresas a tener en cuenta en los próximos años. Hay quien podría considerar que tanto revuelo por una simple moto es un poco exagerado. Pero un simple vistazo a las características de la C-1 es suficiente para convencer a la mayoría de escépticos. Se trata de un vehículo de dos ruedas, completamente cubierto y con un sistema de estabilidad sustentado por giroscopios que le hacen tan difícil de volcar como un coche. Es, además, rápida (hasta 160 kilómetros por hora) y limpia, puesto que funciona con un motor eléctrico.
Pero cuando los indicadores parecían adecuados para que la idea de Kim comenzara a circular por las carreteras, un grave accidente de moto puso todo en riesgo. El fundador de la empresa estuvo a punto de perder la vida; le llevó casi un año recuperarse, pero salió con un nuevo aprendizaje: habrá también modelos de la C-1 adaptados para usuarios con movilidad reducida, dando así un salto que no estaba en los planes iniciales.
Aunque la C-1 todavía no se comercializa, Kim está ansioso por ponerla en el mercado (costará unos 24.000 dólares) y ya cuenta con varios pedidos. Porque no considera que el suyo es uno de esos inventos que pueden cambiar el mundo y quiere hacerlo “cuanto antes, mejor”.
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